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Detenido un presunto implicado en el secuestro de un niño

Joaquín Termes Carbó, de 33 años de edad, casado y padre de tres hijos fue puesto a disposición judicial hace unos días, acusado de haber participado en el secuestro de Fernando Donato Pérez Rodríguez, de ocho años, ocurrido el pasado 4 de abril cuando el niño esperaba el autobús escolar, en el paseo del Prado.El secuestro, conocido ahora, y que duró unas seis horas, fue realizado por tres hombres que, a bordo de un automóvil de color oscuro, obligaron al niño y a una mujer colombiana que le acompañaba todas las mañanas al colegio a entrar en el vehículo. Después de amordazar y de maniatar a Fernando, los secuestradores llevaron a la mujer a la parte trasera del hotel Palace donde le dieron un sobre, que tenía que llevar a los padres del niño, dueños de una hospedería en la calle de Cervantes, 34.

En el sobre había varias instrucciones para que, una vez obtenido el rescate, consistente en una colección filatélica, unas monedas y dinero en metálico, la mujer tomara tres taxis, los dos primeros sin rumbo fijo y el último para ir a la calle de Serrano, 40.

Sin embargo, y a pesar de la preparación con que habían montado el secuestro, uno de los ocupantes del automóvil, al parecer, el que conducía, fue reconocido por la acompañante del niño. «Nada más meterme en el auto le reconocí, aunque llevaba un sombrero, gafas y el cuello muy subido. Era el señor Termes, uno de los huéspedes de la pensión, que vivía con su esposa y sus tres hijos aquí desde el mes de enero», manifestó a EL PAÍS Noeme Arias de Ramírez, de 37 años, que acompañaba al niño en el momento del secuestro.

Sin embargo, cuando Noeme Arias subió a la pensión no pudo decir nada sobre la identidad de los secuestradores. «Tenía miedo, me habían amenazado con matarme y además cuando subí con el sobre, la esposa del señor Termes estaba presente. Fíjese que no sólo había reconocido al que está detenido, sino también al hombre que nos obligó a entrar en el auto y que me habían presentado los señores Termes tres días antes como un apoderado de la empresa, a la que decían pertenecer y en la que incluso me habían ofrecido un puesto de secretaría.»

Obedeciendo a las instrucciones de la nota, el padre del niño metió en un bolso una pequeña colección de sellos, valorados en unas 16.000 pesetas, varias monedas extranjeras de escaso valor y unas 45.000 pesetas en metálico. «Pedían unas colecciones que en realidad no existían, ya que los sellos los había recibido de Correos desde el pasado mes de julio y las monedas extranjeras eran calderilla que algunos huéspedes dejan. El aviso decía que no llamara a la policía, pero lógicamente llamé y de esa forma cuando los secuestradores telefonearon dos veces durante la mañana para decirme que preparara el cuerpo que nos iban a matar a los dos, como si yo les hubiera engañado, la policía grabó las conversaciones.»

Sobre las dos y media de la tarde y tras arrebatar a la súbdita colombiana el bolso con el rescate en un garaje de la calle de Serrano, Noeme y el niño secuestrado fueron trasladados al Retiro donde fueron liberados. Tres días más tarde el ahora acusado se presentaba tranquilamente en la pensión y era detenido por la policía que le esperaba. Hasta el momento no se ha podido detener a los otros dos presuntos implicados en el secuestro.

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