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El Rayo renunció al ataque frente al Betis

El Rayo Vallecano tuvo el domingo una clara oportunidad de lograr su primera victoria a domicilio en la Liga. Al final ni siquiera empató. aunque se le escamoteara un penalti. A la hora de la verdad. los madrileños fueron los que dieron mayores facilidades porque su ataque no existió. González. por ejemplo. el delantero goleador del equipo y que va a fichar por el Atlético, no intentó ni una sola vez el disparo a puerta.Betis y Rayo están en sus horas bajas. Esto lo demostraron claramente en el partido que los enfrentó entre sí en Sevilla. El juego transcurrió incesantemente monótono. con desaciertos constantes en el lado verdiblanco y un no querer irse hacia adelante de los rojiblancos por no descuidar la táctica eminentemente defensiva que planteó Héctor Núñez. La circunstancia de que el Betis atraviese una importante crisis de juego dio tranquilidad al esquema rayista, que con un 4-4,2 se hizo dueño de la situación, pero con una falsa autoridad, pues no había contrario enfrente y ni siquiera el propio Rayo fue capaz de intentar seriamente la conquista del gol, lo que le hubiera hecho, al menos, acreedor a algún mérito.

La más clara ocasión de marcar fue desperdiciada en la primera parte por Alvarito. Fallos defensivos le permitieron llegar en solitario ante Esnaola, que interceptó sin dificultad en su salida el disparo del jugador madrileño. Este disparo fue, junto con uno de Landáburu, directo de falta y que salió alto, los únicos remates que el Rayo efectuó en los 45 minutos que dura un primer tiempo de fútbol. Y es que el Rayo no llegó apenas a puerta. porque no quiso. Salió con el propósito de buscar más la igualada que la victoria y esto le llevó a estar dominado plenamente por un equipo no superior, con el consiguiente riesgo de poder encajar un gol en cualquier jugada desgraciada.

El conjunto andaluz ya dio su primer aviso cuando a los treinta minutos Hierro tuvo que intervenir con acierto y por partida doble para subsanar los fallos de sus compañeros de defensa que no se enteraron de que López y Ladinsky remataron casi a placer; Uceda, que reapareció acertadamente, no podía estar en todas partes y en todos los momentos. El Betis, sin jugar nunca bien, volvió a repetir su aviso en el último minuto del primer tiempo, simplemente porque dominaba y a Ladinsky le llegó un balón suelto que fue repelido por el larguero.

El panorama no varió en la segunda parte y llegó el gol por pura lógica. Cuando marcó el Betis, el Rayo seguía con sus dos disparos de la primera parte como únicos intentos directos de marcar. Luego le faltó tiempo para rematar y en dos minutos lo hizo dos veces por medio de faltas directas. Luego, casi al final, vino la mano bética dentro del área y la negativa arbitral a señalarla.

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