Los conservadores británicos mejoran su posición en una nueva elección parcial
Una significativa transferencia de votos a los conservadores y el esbozo del partido ultraderechista Frente Nacional como tercera fuerza política en los distritos de Londres son las dos consecuencias más relevantes de la elección parcial de Lambeth, en la que el Partido Laborista ha conseguido retener el escaño vacante por la muerte del veterano diputado Marcus Lipton, titular de la circunscripción desde 1945.
Aunque la bajísima participación electoral, 44%, algo más de 20.000 votantes, no permite afina en la interpretación de los resulta dos, éstos son unánimemente considerados desastrosos para el Partido Liberal, que ha obtenido menos votos que el grupo racista Frente Nacional en un distrito en el que casi el 20 % de los censados son gente de color.
Es la cuarta vez que los liberales son derrotados por el Frente en recientes elecciones parciales. En las elecciones generales de 1974 el partido del señor Steel obtuvo un 12 % en este distrito del sur londinense, contra un 5 % en el escrutinio que acabó en la madrugada de ayer.
Ventaja muy reducida
El candidato laborista en Lambeth, John Tilley, un periodista de 36 años, corresponsal en Londres del Scotsman, sólo ha aventajado a su oponente conservador en 3.000 votos, cifra muy reducida en un distrito considerado como inexpugnable bastión del partido gobernante. En términos relativos, los tories han arrancado más de un 9% a los laboristas y han causado la primera sorpresa electoral seria en lo que va de año al primer ministro. El Estado Mayor del señor Callaghan daba por descontado que en una elección dominada por el tema racial, en virtud del alto porcentaje de votantes de color, las urnas arrojarían un veredicto netamente contrario a la política en este terreno del partido de la señora Thatcher. Lambeth tipifica, además, el conjunto de problemas característicos de los suburbios de las grandes ciudades poblados por numerosos inmigrantes, caldo de cultivo ideal de los votos laboristas.La humillación del partido liberal a cargo del Frente Nacional coloca en la encrucijada al señor Steel. Su partido ha participado en diecinueve de las veinte elecciones parciales que se han sucedido desde las generales de 1974 y en catorce de ellas ha perdido el depósito previo por no conseguir el mínimo de votos requeridos. El dilema es que su pacto con los laboristas les ha reducido a la más total oscuridad. Pero su ruptura inmediata y las posibles elecciones anticipadas que acarrearía todavía podrían tener peores consecuencias. Una proyección de los votos liberales, en unos comicios generales que tuvieran lugar ahora, reduciría en más de la mitad sus trece escaños actuales.
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