Ambigüedad en las conclusiones de la CEE sobre la adhesión de España

Lorenzo Natali, vicepresidente de la Comisión Europea, responsable de la política de ampliación de las Comunidades Europeas con el ingreso de España, Grecia y Portugal, presentó ayer a la prensa las conclusiones del análisis de la Comunidad sobre los problemas de la operación.

A preguntas de EL PAIS, Natali negó que se pretenda dar una visión negativa del pase de la actual CEE de los nueve a la futura CEE de los doce.

«Faltaríamos a nuestro deber si no explicásemos, desde ahora, las dificultades que representa la ampliación», declaró Lorenzo Natali, defendiendo las tesis de un escenario para la ampliación, denominado en términos comunitarios «fresco», que, a pesar de lo que se diga, aquí se presenta como un documento político bastante partidista de las tesis de la Comisión Europea, que lo elaboró.

Lorenzo Natali fue también impreciso sobre puntos concretos -y fundamentales para España-, como saber si habrá libre acceso de productos agrícolas españoles desde el primer momento de la entrada en vigor del tratado de adhesión -posiblemente en enero de 1983- o si, por el contrario, se modelará el libre acceso durante los cinco años de la primera fase de período transitorio.

Naturalmente se trata de aspectos importantes, tanto para los actuales países miembros como para los candidatos, que habrá que definir durante las negociaciones. El peso específico que representa la candidatura española, que es la que origina más dificultades, pero la que ofrece mayores ventajas para la CEE, debería aclarar tales puntos cuando llegue el momento.

«Hemos definido una filosofía para la ampliación -dijo Natali-, una línea de acción ambiciosa y voluntarista para permitir a la Comunidad salir del dilema entre el sí político y el pero económico e institucional que plantea la ampliación», añadió el vicepresidente de la Comisión Europea.

Las preguntas de la prensa de los países miembros se orientaron, en particular, hacia el tipo de acciones concretas que propone la Comisión, además de la necesidad de concretar ayuda financiera -unos mil millones de dólares anuales- y de acceso de los candidatos a préstamos del Banco Europeo de Inversiones.

¿Recibiremos un trato de país «candidato» en nuestras relaciones comerciales con la CEE, o continuaremos pasando porel mismo rasero que, por ejemplo, Taiwan, Hong Kong, etcétera?, fue una de las preguntas.

«No pretendemos colonizar a los tres países candidatos, sino cooperar estrechamente incluso antes de la adhesión», respondió el vicepresidente de la Comisión. No quedó claro si, como sería lógico, la CEE nos tratará algo mejor, antes de la adhesión, en nuestras exportaciones hacia los nueve, política de pesca y otros.

El texto del «fresco» sobre este capítulo es sibilino y digno de la doctrina comunitaria. «El buen funcionamiento de una disciplina permitirá no aplicar a los países candidatos las medidas de los países terceros, por lo menos en las exportaciones im Porta ntes.Para el equilibrio de su balanza comercial.»