Se multiplican las inversiones extranjeras en Chile
La entrada de inversiones extranjeras en Chile puede calificarse de fulgurante e intensa. Multinacionales, fundamentalmente americanas, invierten en la adquisición de empresas o de proyectos que afectan a todas las áreas de producción. Después de la compra de la mina de cobre La Disputada, por parte de la Exxon, la sociedad Falconbridge, norteamericano-canadiense, adquirió Quebrada blanca, otra mina, por quinientos millones de dólares. La Foote, norteamericana también, se quedó el litio de Atacama por otros cincuenta millones de dólares, mientras otras empresas extranjeras colocaban su dinero un poco en todas partes.Tantas inversiones extranjeras aprobadas el año pasado han hecho mella en la opinión pública, de manera que basta la simple visita al país de altos ejecutivos extranjeros para desencadenar rumores.
Hace pocos días, el ministro de Hacienda, Sergio de Castro salió al paso de rumores según los cuales los norteamericanos volverían a hacerse cargo de Chuquicamata, la mina de cobre a tajo abierto más grande del mundo.
Los inversores extranjeros no sólo buscan los recursos mineros: también se interesan por los forestales, los del mar y por ciertas empresas de servicios.
Cabe recordar que el año pasado llegaron desde el exterior cerca de 230 millones de dólares para ser invertidos en proyectos agropecuarios concretos.
Al mismo tiempo los créditos externos destinados al sector privado ascendieron a 1.449 millones de dólares. Este año el flujo de capitales se verá incrementado en un 15 %, de manera que el país recibirá más de 1.700 millones de dólares sólo por este concepto.
Mientras los economistas oficiales afirman que este redescubrimiento de Chile por parte de inversionistas e instituciones financieras internacionales confirman el éxito de la política gubernamental, los empresarios locales y sus representantes estiman que se trata de un salto de capitales y tecnologías que no augura nada bueno para el futuro económico del país.
El equipo económico atribuye la afluencia de capital extranjero al éxito del modelo oficial que ha conseguido frenar la inflación, ha sanado el déficit de la balanza de pagos y permite cubrir, con toda solvencia, las obligaciones impuestas por los vencimientos de la deuda exterior, por cuyo concepto Chile tuvo que desembolsar 1.234 millones de dólares el año pasado.
Un portavoz del Banco Central informó ayer que los proyectos de inversión se aprueban en la actualidad al ritmo de uno cada dos días. El mismo portavoz recordó que un grupo de 49 instituciones financieras internacionales acaba de conceder un crédito de 230 millones de dólares a Chile, lo que constituye un hecho sin precedentes.
Los críticos afirman por su parte, que los inversores vienen al país sólo porque este régimen lo ha convertido en un «paraíso de especuladores». Aquí -dicen- están seguros de poder enviar sus beneficios al exterior en cualquier momento, de poder retirar los capitales a los tres años de haberlos traído V tienen acceso libre al mercado de divisas.
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