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"El ingreso de España en la CEE es clave en nuestra política"

«Las relaciones entre España y las Comunidades Europeas no son sólo a nivel de Gobierno, sino también a escala de parlamentarios», declaró Antonio Hernández Gil, presidente de las Cortes, al término de una visita oficial al Parlamento Europeo, reunido en Luxemburgo, para su sesión del mes de abril.

Hernández Gil, que pronunció un discurso en el Parlamento, se entrevistó con los principales dirigentes comunitarios para reafirmar la unanimidad de todos los grupos políticos españoles con representación parlamentaria de «incorporar España al Mercado Común».«La Comunidad no es desde la perspectiva española sólo política exterior; es una de las claves de nuestra política total», afirmó el presidente de las Cortes en sus entrevistas con Emilio Colombo, presidente del Parlamento Europeo; Kunt Andersen, presidente en funciones del Consejo de la CEE y ministro danés de Asuntos Exteriores; Roy Jenkins y Lorenzo Natali, presidente y vicepresidente de la Comisión Europea, respectivamente.

Para que las negociaciones de adhesión de España al Mercado Común no sean patrimonio exclusivo del Gobierno, se formará una comisión parlamentaria mixta entre el Parlamento Europeo y las Cortes españolas. Sus dieciocho miembros, por cada parte, se reunirán por vez primera el mes de julio en Madrid. Será, en realidad, un foro parlamentario para seguir de cerca la marcha de las negociaciones de entrada de España en la CEE.

Fue precisamente sobre las incidencias de esta marcha que Hernández Gil trató con los señores Jenkins y Natali. Ambos le confirmaron que el 19 de este mes la comisión aprobará su informe global sobre la ampliación, denominado fresco, con sus veintitrés páginas de orientación política y sus quinientas de directrices económicas que durante las primeras semanas de 1979 habrá el dictamen de la Comisión sobre la candidatura, de España y que, una vez aprobado por el Consejo de Ministros, comenzarán las verdaderas negociaciones.

Entre el fresco y el dictamen, es decir, entre mayo y enero o febrero del año próximo, españoles y comunitarios sostendrán conversaciones regulares «para ir preparando el terreno y evitar que todos los problemas queden para la negociación directa».

Hernández Gil explicó a los comunitarios que «no debe someterse a España a un esquema demasiado rígido, teniendo en cuenta la evolución política y económica interna». Según él los aspectos económicos no pueden ser aislados por estar también vinculados a los temas políticos.

Roy Jenkins -que visitará oficialmente Madrid el 27 y 28 de este mes- se interesó particularmente por la futura Constitución española. Constitución que, en opinión del señor Hernández Gil, «podrá ser perfectamente homologada con las de los países comunitarios».

En resumen, una visita de cortesía, de marcado tono político, sin roces ni conflictos. Estos quedan para lo técnico -ampliación del acuerdo comercial de 1970, pesca, siderurgia, textil y calzado-, cuyo proceso de discusión continuará hoy, en Bruselas, en su versión de pesca, con la presencia en la sede de la Comisión Europea del ministro de Relaciones con las Comunidades Europeas, Leopoldo Calvo Sotelo.

«La Comunidad Económica Europea no es desde la perspectiva española sólo política exterior; es una de las claves de nuestra política total», manifestó ayer el presidente de las Cortes, Antonio Hernández Gil, en su intervención ante el Parlamento Europeo, con sede en Luxemburgo.

El señor Hernández Gil, tras referirse brevemente a las ideas fundamentales que están en la base del actual proceso de unificación europea, planteó concretamente el papel de España en este proceso, una vez desaparecida «la barrera política obstativa que representó para los propósitos integradores de España la singularidad de un régimen no homologable en los cuadros del comunitarismo europeo».

El presidente de las Cortes declaró a este respecto que el tema tiene hoy interlocutores válidos y va a ser, está siendo, objeto de diálogo. «Habrá -dijo- las dificultades propias de todo entendimiento, cuando es preciso ponderar múltiples factores y circunstancias que radican en las propias realidades de las cosas y de los hechos, pero ya hablamos el mismo lenguaje: pluralismo ideológico, libertad, dinámica parlamentaria, respeto absoluto a los derechos de la persona, garantías jurisdiccionales, democracia, en suma.»

La incorporación de España a la CEE -manifestó en otro momento de su discurso el señor Hernández Gil- es uno de los grandes consensos nacionales, en el que participan partidos políticos, grupos parlamentarios y Gobierno, y el retraso que existe en este terreno no es imputable al pueblo español, «por cuanto estuvo privado de poder expresar democráticamente su voluntad hasta que, bajo el signo de la Monarquía como forma política del Estado y por la plena entrega del Rey al servicio de todos los españoles se han abierto las puertas de la libertad.»

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