La Liga ha pasado a mejor vida
Ha bastado una semana para que al Real Madrid le hayan caído casi juntos un título de Liga, que no se le puede escapar, un título continental de baloncesto, que ya está en sus vitrinas y una pila de millones que ya están en el banco. Han sido los siete mejores días de la «Casa Blanca» en los últimos años. El Madrid de un bache profundo, de goleado en casa de uno de los colistas, ha pasado a barrer al Barcelona y al Atlético de Madrid. La Liga ha pasado a mejor vida.
El Madrid es desde siempre una institución que sabe tapar sus vías de agua a tiempo. Por muy embarrancado que esté siempre acaba por salir a flote. Su capacidad de reacción ha sido siempre proverbial. Hace tres semanas se barruntaba el descalabro. El Barcelona, que iba hacia arriba, no supo ganar los puntos esenciales y le dio tiempo a su gran adversario a salir del peligro.Ahora la Liga no tiene otros aspectos interesantes que los secundarios. Está en disputa el subcampeonato al que puedan optar, además de los azulgranas, valencianistas, bilbaínos y sportiguistas. Las posibles combinaciones son múltiples. Queda por resolver la parte baja de la tabla en la que junto al Cádiz y Elche parece decidido a descender el Rácing. Queda por aclarar qué conjuntos tendrán plaza para la próxima Copa de la UEFA, cuestión a despejar definitivamente en la final de copa. Si el Barcelona se prociama.campeón, dejará un hueco más.
Una Liga que se presumía emocionante en el tranco final, ha quedado reducida en sus cuatro últimas jornadas casi a asuntos de trámite. Ha pasado este año como casi siempre. O sea que en este país por mucho que se diga que cambian las cosas al final sigue siendo campeón el Madrid.
El gran alivio de la sociedad se produjo el miércoles al batir al Barcelona. La gran satisfacción política se produjo al ganar por sexta vez la Copa de Europa. Tengo la impresión de que este trofeo ha gustado en la casa bastante más que los cinco anteriores. Desde un punto de vista interno esta vez la Copa de Europa de baloncesto es probable que tenga tanta trascendencia como el campeonato de Liga de fútbol.
La última racha madridista ha sido un serio revés para la oposición. Las críticas por muy sensatas que sean cuando los resultados deportivos son victoriosos, hacen menos mella. La «Casa Blanca» tiene ahora por delante unos meses de tranquilidad. Las expectativas del poder han mejorado con los resultados. La oposición debe dedicarse a trabajar en silencio. No es oportuno en este momento salir a la palestra.
Días amargos son los que vive el Atlético de Madrid. Días de fracaso afloran en Vallecas. Para los atléticos la temporada, ha resultado desgraciada. Cuando parecía que había entrado en un buen sprint final ha pinchado. La próxima campaña se vislumbra poco brillante a nivel internacional, porque los sueños, de la UEFA se han desvanecido.
En Vallecas han recibido al final de temporada todos los disgustos juntos. La euforia de la primera vuelta se ha demostrado que era infundada. El equipo vallecano ha respondido mucho mejor de lo que cabía esperar antes del inicio del torneo y ello debe ser suficiente para sus seguidores. Con salvar el descenso, el Rayo ha cumplido su misión.
Para que todo no sea aburrimiento final nos queda la lucha electoral en el Barcelona. Todo parece indicar que el señor Sagi lleva ventaja a sus adversarios. El señor Sagi tiene pedigree culé a ni veles que no pueden presentar otros.
La batalla por el sillón presidencial no se ha producido en sus términos más violentos todavía. De aquí al momento de la votación lógicamente tendremos escaramuzas dialécticas. Por aquello de que «el Barça es mes que un club» hay que estar atentos a las declaraciones de los partidos políticos, que no han dicho su última palabra.
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