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Hoy son trasladados a Madrid los restos de Largo Caballero

rHoy serán trasladados a Madrid, por vía aérea, los restos mortales de Francisco Largo Caballero, líder de la UGT y del PSOE, que fue presidente del Gobierno republicano y ministro de la Guerra desde septiembre de 1936 hasta abril de 1937. Como ya fue anunciado en su día, los restos serán expuestos durante la jornada del viernes y la mañana del sábado en la sede de la UGT (calle García Morato), y posteriormente se formará una manifestación de duelo que acompañará el traslado de los restos al cementerio civil de Madrid.Comisiones Obreras ha hecho público un comunicado en que afirma que dicha central «quiere rendir público homenaje a su memoria, uniéndose en su recuerdo a los compañeros de la UGT».

Desde hace varios días se encuentran en Madrid dos hijas de Largo Caballero, que asistirán igualmente a los actos organizados en memoria de su padre.

Conferencia de Enrique del Moral

Una conferencia sobre el tema «Vida, pensamiento y obra de Francisco Largo Caballero» fue desarrollada ayer tarde en la sede de la Fundación Francisco Largo Caballero de Madrid, por el historiador socialista Enrique del Moral Sandoval, quien comenzó aclarando que no pretendía hacer una apología de Largo Caballero, y que es preciso recobrar la verdadera identidad de los dirigentes del pasado para tener una verdadera visión de la historia. Dedicó la parte principal de su conferencia a analizar el período en que nació la Segunda República y en que el PSOE aceptó formar parte del Gobierno minoritariamente. Largo Caballero era partidario de aprovechar los resquicios de poder que se fueran presentando, por lo que aceptó que los socialistas formaran parte del poder, aunque minoritariamente. Más tarde, y a la vista de los resultados de esta política, según explicó el conferenciante, Largo Caballero se fue radicalizando, y llegó a creer en la dictadura del proletariado.Enrique del Moral resaltó, asimismo, las dotes organizativas de Largo Caballero, que durante la guerra le permitieron retrasar durante tres años un triunfo que podía haber sido inmediato. Criticó, no obstante, el poco espíritu de renovación y actualización del que adolecían los cuadros de UGT y PSOE durante la época.

En diversos momentos de su conferencia, Enrique del Moral resaltó la honradez como principal virtud del dirigente socialista, así como la dedicación a la clase trabajadora y su enorme clarividencia analítica, incluso en el exilio, además de una gran capacidad de sacrificio, lo que calificó como «virtudes socialistas».

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