Sorpresa en círculos vascos ante las críticas al "Aberri Eguna"

Con sorpresa y hasta con perplejidad en algunos sectores se han recibido en Euskadi las reacciones del Gobierno y de gran parte de la prensa de Madrid, tras la celebración del Aberri Eguna. Tanto algunos periódicos vascos como dirigentes de los partidos mayoritarios consideran injustificada la alarma producida en Madrid por algunos aspectos de las manifestaciones habidas en las cuatro provincias vascas con motivo del Día de la Patria.El diario Deia, que titula en primera página El Aberri Eguna no gustó en Madrid, inserta en la página dos un editorial en el que tras insistir una voz más en que, salvo «los inevitables incidentes», el carácter de la manifestación fue pacífico y nada anormal, dice «pero he aquí que han sonado las alarmas en Madrid y el ministro Martín Villa ordena a los gobernadores civiles de Alava, Guipúzcoa, Vizcaya y Navarra envíen urgente información para ver si los manifestantes han ido más allá de lo autorizado en sus slogans, banderas, pancartas...".

Deia ante esta pretendida alarma plantea la hipótesis de si el Gobierno quiera acallar algunas voces de protesta por esos incidentes esporádicos y «haya puesto en marcha un dispositivo informativo que no prejuzga nada, sino que quiere enterarse de la verdad de lo que sucedió, o que el Gobierno de UCD, con el agua al cuello por sus ambigüedades ideológicas, sus contradicciones tácticas, sus fracasos políticos y su fuerte crisis interna, quiera recuperar terreno con una sanción a los organizadores del Aberri Eguna».

Por su parte, Egin -que recoge en sus páginas Interiores los editoriales e informaciones de la mayor parte de los diarios de Madridtitula en primera página Revuelo en Madrid por el Aberri-Eguna, una información en la que hace un análisis extenso de lo que considera «duros comentarios en ambientes políticos y recelos en la prensa».

Ambos diarios destacan la extrañeza de algunos periódicos en Madrid por la ausencia de banderas españolas en la manifestación.

Por su parte, dirigentes de los partidos mayoritarios, PNV y PSOE, hicieron saber ayer a EL PAIS su sorpresa por las reacciones habidas en Madrid tras la celebración del Aberri-Eguna. Ambos coinciden en afirmar que se confunden quienes contraponen autonomía y autodeterminación, dos términos -señalan- que no son antagónicos.

«Pedir autodeterminación no es pedir independencia», declaró ayer Nicolás Redondo a EL PAIS. «La autodeterminación implica diver- sas opciones y una de ellas puede ser la exigencia de un régimen

autonómico. Esa es la opción que apoyamos nosotros. Por ello no me molestó sostener una pancarta que pedía autodeterminación. Lo que ocurre es que hay medios de comunicación que tienden a

dramatizar, a exagerar las cosas y destacar los datos negativos o las actuaciones de minorías. La celebración del Aberri Eguna después de cuarenta años de ilegalidad ha sido lógica y las únicas estridencias que se han producido son normales e incontrolables en una manifestación de ese calibre. Debemos sentirnos satisfechos del resultado pacífico del Aberri Eguna».

Con esta opinión de Nicolás Redondo coincide Juan José Pujana, de la dirección de PNV en Euskadi. «En una manifestación de esa magnitud esas reacciorres de gentes pidiendo independencia y llamando a ETA son incontrolables. Se ha dado en ciertos sectores de la prensa de Madrid una imagen falsa de lo que ha sido el Aberri-Eguna y se han destacado sólo los detalles accidentales sin resaltar el verdadero sentido de la fiesta.»

Precisamente Juan José Pujana -como firmante de la solicitud de la manifestación en Bilbao- fue ayer llamado a declarar por el Gobierno Civil de Vizcaya. Tanto el dirigente del PNV como otrós diputados que asistieron a la entrevista con el gobernador, le hicieron ver lo infundado de las alarmas, señalando que gritos y pancartas como los del domingo en Bilbao son imposibles de controlar en una manifestación multitudinaria. El portavoz del PNV declaró a EL PAIS que el gobernador no se mos,tró enojado en ningún momento, e incluso parecía sorprendido por la reacción provocada en Madrid tras la celebración del Aberri-Eguna. El mismo portavoz señaló que tenían la convicción de que no se producirían sanciones.