Menos optimismo con la selección junior
El lunes finalizó el segundo Torneo Ciudad de Zaragoza y la principal conclusión no ha sido positiva. La impresión dejada por el juego de la selección junior ha bajado los ánimos de los más optimistas y aunque se sigue pensando que el conjunto es fuerte existen ahora muchas más reservas que antes sobre su futuro y, en especial, sobre sus aspiraciones en el próximo Campeonato de Europa que se celebrará en agosto en tierras italianas.
El torneo estaba montado como preparación de nuestros jovencitos y en el ánimo de todos estaba que el primer puesto los únicos que podían disputárselo a los juniors españoles eran los del New York Hawks. Los chicos de Ignacío Pinedo sabían de su favoritismo, y como el exceso de vedetismo es uno de los pecados de los que goza la selección, se presentaron en la primera jornada con un aire de superioridad que hacía presumir una victoria sin discusión sobre el Helios, teórico comparsa junto con los griegos. El bofetón no pudo ser mayor - 111-88- y los zaragazanos -a la postre vencedores absolutos con el refuerzo de otro americano, Johnson- sometieron a los juniors a una cura de humildad que les puede venir muy bien de cara a compromisos más serios.La reprimenda que debieron recibir los muchachitos les hizo transformarse en la jornada siguiente y, aún sin convence plenamente, se impusieron a los juniors de Grecia por 93-82, para redondear su mejor actuación en el torneo frente al New York Hawks con los que se disputaban el segundo puesto y a los que vencieron por 120-100. El resto de los resultados habidos fueron: New York Hawks, 95; Grecia junior, 75. Helios, 134; New York Hawks, 93. Helios, 101; Grecia junior, 77. La clasificación final quedó así: Helios, seis puntos; España junior, cinco; New York Hawks, cuatro, y Grecia junior, 3.
En la selección española hay que destacar la labor sobre todo de López Iturriaga. Tras él, no hay que olvidar al joven pivot Arcega, un hombre salido de la nada.
Los demás dieron algunas señales de las excelencias que cada uno lleva dentro, como Sánchez Burges (dieciocho puntos a los neoyorkinos), pero sin pararse. En la labor de conjunto quedó demostrado que el ataque está mucho mejor que la defensa. Quizá el mayor fallo estribó en la dirección del juego donde ni Llorente ni Mardones cumplieron.
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