Juan Rodríguez no es censor

En la información que publica EL PAÍS, en la página 22, del 11 del corriente, y bajo el título de «Malestar en los servicios informativos de televisión», se dice que Fernando Bofill «habría pasado algunas de las competencias de control y censura... » a Juan Rodríguez.Si esas competencias que tan gratuitamente se me atribuyen (pese al irresponsable potencial «habría») correspondieran a la etapa franquista, a lo mejor el personal creía que era un honor. Hacerlo hoy, es evidentemente injurioso.

Me apena mucho que.esa noticia haya tenido origen en el malhumor de determinadas personas tras una discusión de despacho en torno a materias de orden interno y de pura relación profesional. Me apena que estas cosas lleguen a alcanzar categoría de «noticia». Pero como uno no tiene el rasero para decir lo que puede ser o no noticia de cuanto se habla, se discute o se decide en nuestras redacciones, si se considera publicable, por encima de todo me apena que el redactor de la información se haya contentado con extraer sus datos de esas anónimas «fuentes de los profesionales». Porque, que uno sepa, también es profesional, parte directamente afectada en el tema y, desde luego, frontalmente marginado a la hora de recabar la información que comento.

El tema no merece más larga explicación que esta: el director de RTVE para Informativos no me ha dado papeles de censor porque estos papeles ni existen ni yo los aceptaría. Y si la dirección no me podría obligar al desempeño de esos papeles, tampoco me resigno a que en mi trabajo otros sectores quieran relegarme a ese puesto por más que crean que discutir los te mas, buscar un enfoque, encontrar el tratamiento más idóneo para la información, etcétera, es exclusivo de unos niveles de mando. O a menos que se piense que toda jefatura ya es censura, que a lo mejor no voy muy descaminado en este extraño pensar.

De lo que jamás podré arrepentirme -porque lo apiendí a través de muchos riesgos y reveses, junto al gran periodista Antonio Herrero en la tarea común de Europa Press- es de exigir que las noticias recojan siempre las versiones, los puntos de vista de cuantas partes estén afectadas por la información que se difunde.

Creo que hemos gastado demasiado papel y tiempo en cosa tan sabida, tan proclamada y olvidada. Desmentir el resto de la noticia corre por cuenta del adagio «al inteligente, pocas palabras». Trabaje usted con seriedad, dedique usted sus horas, sus años y sus afanes a esto para que, de pronto, cualquier fuente anónima venga a catalogarle a uno como «de profesión, sus censuras». Pues vale.

Subdirector de TVE para Servicios Informativos