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Pleno del Senado

El Senado retrasa la aprobación del proyecto de elecciones municipales

Las ausencias de miembros del Senado, especialmente notables por parte de Unión de Centro Democrático (UCD), y los votos de los senadores que no pertenecen a fuerzas políticas representadas en el Congreso de los Diputados, se aliaron ayer en el Pleno que celebró la Cámara Alta y lograron retrasar el paso del proyecto de ley de Elecciones Locales, ya aprobado por el Congreso, al Boletín Oficial del Estado. La no obtención de los votos afirmativos de dos tercios del total de los miembros de la Cámara conducirá el proyecto de ley a la Comisión de Justicia e Interior, de donde regresará al Pleno del Senado, en el que ya podrá ser aprobada por mayoría simple.

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Cuando eran necesarios 166 votos afirmativos para la confirmación del proyecto de ley, el resultado de la votación fue el siguiente: 122 síes (UCD, PSOE y Entesa dels Catalans); veintiséis noes (PSI y grupos independientes y mixto); diecinueve abstenciones (grupo vasco y algunas excepciones de los anteriores). La tramitación por procedimiento de urgencia fue decidida por 95 votos (UCD y PSOE) contra dieciséis (PSI) y veintitrés abstenciones.La actitud inicial de UCD fue favorable a permitir el perfeccionamiento del proyecto de ley en el Senado. Esta actitud amparó, en cierto modo, las críticas formuladas después al texto aprobado por el Congreso, especialmente a cargo de los senadores independientes y, en todo caso, ajenos a los dos grandes bloques parlamentarios: UCD y PSOE.

El Partido Socialista Obrero Español (PSOE), en cambio, con base en el argumento de que las elecciones locales son necesarias urgentemente, anunció su propósito de votar afirmativamente. Tras esta declaración, UCD cambió de posición y se adhirió a la postura socialista, tras consultar con el ministro del Interior, Rodolfo Martín Villa.

La coalición coyuntural resultó inútil a los efectos de sacar de un tirón el proyecto de ley. Sólo sirvió para poner en evidencia, con el apoyo de la petición que formuló el grupo socialista de que la votación fuera nominal, el absentismo parlamentario de numerosos senadores, especialmente del partido gubernamental. Tal absentismo hizo perder la votación a las dos grandes fuerzas del Senado, con gran contento por parte de las formaciones políticas que sólo tienen presencia en el Senado y que, por la vía del perfeccionamiento de los proyectos de ley encuentran un modo de afirmación de existencia parlamentaria de escasa eficacia legislativa, pero, por otra parte, enteramente legítimo.

Por lo demás, la sesión fue escasamente original. Se aportaron pocos argumentos nuevos sobre los ya aducidos en el Congreso y se reiteraron muchos de los ya expuestos en éste. Las precisiones técnicas del profesor Sánchez Agesta y la petición de Manuel Villar Arregui de que la promesa del Gobierno de convocar las elecciones dentro del mes siguiente a la aprobación de la Constitución se incorpore al texto de la ley fueron acaso las dos novedades más sobresalientes, en el marco de una sesión de escasa trascendencia política.

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