Jean Pierre Grevet,
de veinticuatro años de edad, es, sin duda, el candidato más espectacular de cuantos se presentan en las elecciones legislativas de Francia. Aspira a un escaño por París, y su principal reivindicación no es otra que la del derecho a la pereza. Tendido en cualquiera de los múltiples jardines públicos de la capital francesa, Grevet, rodeado de pancartas, se tumba ante sus futuros electores a modo de campaña política en la que la práctica, coherentemente, se adecua, con sus postulados teóricos. «Ganarse la vida es la manera más segura de perderla», es su frase preferida.
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