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Los árbitros vuelven a ser noticia

Incapaz el Barcelona de dar alcance al Madrid, necesitábamos un motivo para poder hablar de la Liga con cierta pasión. Ya lo tenemos; la «casa blanca» vuelve a contar con los favores del mundo arbitral. Dicho de otra manera: el señor Borrás del Barrio puso el domingo en bandeja una justificación a Cruyff. El Madrid ya no puede perder, aunque se encuentre en un bache profundo. Hasta los más conspicuos madridistas se llevaron las manos a la cabeza el domingo en el Bernabéu.

Hacía falta que se animara el cotarro, porque estábamos cayendo ya en la vulgaridad. La Liga se jugaba en plan burocrático. Parecía que todo el mundo se había puesto de acuerdo para que nos libráramos de los sobresaltos. Ahora, al menos, ya tenemos algo que reprochar a un árbitro y, por tanto, tela que cortar.Que el Spórting le pusiera las cosas al Madrid más que difíciles viene a confirmar que estamos en la época de los entrenadores modestos. Vicente Miera suena como posible sucesor de Luis Molowny, para la próxima campaña, y a fe que pasó la reválida del Bernabéu con buena nota. Para no empañar su expediente se mostró modosito en las declaraciones de los vestuarios. Sólo lanzó una andanada contra Stielike. El que se hable de su posible retorno a su casa matriz explica que no pusiera pies en pared tras las cosas de Borrás del Barrio.

No se ve con idéntico optimismo el panorama liguero desde el Manzanares. Sobre todo desde que Luis se ha convertido en el entrenador del Atlético Madrileño, que, como se sabe, es equipo de la Segunda «B». Mientras tenga que alinear cada jornada a ingenuos principiantes no habrá modo de saber la auténtica capacidad del equipo. Esta semana tiene Copa de Europa, y habrá que esperar que, de aquí a la hora del encuentro, se produzcan nuevas bajas por gripe, malas digestiones o torceduras de tobillo en el hall del hotel. Al Atlético puede pasarle todo. Nunca como este año había justificado tanto su sueldo el doctor Ibáñez. Lo malo del Atlético es que no reparte las lesiones adecuadamente. Por ejemplo, alguna gripe a nivel directivo evitaría algún disgusto innecesario. A los que suelen increpar a los árbitros en el vestuario, me refiero.

Parece que empieza a cundir la desilusión por Vallecas. Por lo visto había quien se hacía la ilusión de que el Rayo achuchara al Madrid en la clasificación. El Rayo lo ha hecho magníficamente bien hasta el momento, y con tal de que se salve del descenso habrá cumplido sobradamente. No hay que exigir más a quienes no son estrellas de primera magnitud. Y no hay que exigirles más porque durante la mayor parte del campeonato han sabido estar por encima de sus propias circunstancias. En Valencia, sin ir más lejos, cambiarían a pelo los gastos de plantilla por los del Rayo y sus mismos puntos.

Como la cuestión arbitral no se ha complicado excesivamente este año, pese a que se aprovechan hasta los vuelos nocturnos para insultar a los colegiados, la Federación parece que tiene tiempo para empezar a pensar. Sobre todo en los temas en los que ha ido siempre a remolque. Sobre todo en las cuestiones de tipo social, contra las que sistemáticamente ha luchado. A Porta y a sus directivos les va a tocar tragar de lo lindo.

El derecho de retención, que ha sido uno de los grandes caballos de batalla del fútbol, lleva camino de entrar en soluciones lógicas. Sería una pena que los jugadores pactaran con la Federación.

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