Tres tiroteos durante la madrugada de ayer
Tres tiroteos se produjeron durante la madrugada de ayer en la avenida del Generalísimo, la plaza de la Inmaculada Concepción y en la calle de López de Hoyos. Los dos primeros tiroteos, en los que no resultó herido nadie, ocurrieron a las tres y media de la madrugada, y en ambos casos el objetivo fue arrebatar el arma reglamentaria a un vigilante de El Corte Inglés y a un vigilante nocturno municipal, respectivamente.Según la información obtenida, un vigilante del citado centro comercial sorprendió a dos personas cuando intentaban apoderarse del arma de otro de los empleados. Al darles el alto, los desconocidos dispararon contra el vigilante que les habla descubierto, agresión que fue repelida por éste.
Un hecho similar fue protagonizado por cuatro personas, que atacaron al vigilante nocturno Santiago López Uría con una metralleta. Tres de los asaltantes se habían bajado instantes antes de un Simca 1200. Cuando exigían al vigilante que les entregara el arma, otro vigilante, José Lorenzo Búdalo, les dio el alto. Los desconocidos comenzaron a disparar contra el señor Búdalo, en tanto se daban a la fuga.
El último de los incidentes ocurrió sobre el número 58 de la calle de López de Hoyos. Según el informe policial, Miguel Yáñez Azuaga, de cuarenta años, se saltó un control policial cuando conducía un Renault 12 en estado de embriaguez. La misma información decía que la policía había efectuado disparos al aire.
Según informó el mismo señor Yáñez a EL PAÍS, los hechos ocurrieron de distinta forma. «Ni estaba borracho ni me salté ningún control. Lo único que hice fue ponerme, a la salida del túnel de Velázquez, detrás de un coche policial. Después de estar parados por un semáforo en rojo, comenzamos a circular cuando de repente el coche policial se detuvo y yo me estrellé contra él. Inmediatamente, y al tiempo que aparecieron de no sé dónde unos diez policías, salieron del automóvil otros dos, que dispararon contra mi automóvil, que recibió en su parte delantera, muy cerca del parabrisas, cinco impactos. Luego, a golpes, me sacaron, hasta que vino una persona que debía ser inspector y que dijo que ya estaba bien.» Trasladado a la casa de socorro de Ventas, el detenido se negó a que le sacaran sangre. Posteriormente fue llevado a la comisarla de Chamartín, donde se le tomó declaración, para pasar desde allí al juzgado de guardia, que le puso en libertad. El señor Yáñez añadió que no sabia si tendría que volver al juzgado, ya que desconocía hasta el porqué de los hechos, que atribuye a la equivocación de la policía con otra persona.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.