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Cambiar el rumbo

La negativa de los mejores jugadores del Real Madrid de voleibol a integrarse en la selección nacional ha sido, tal vez, el ejemplo más claro en los últimos días de los problemas que plantea la práctica del deporte aficionado con licencia. Al margen de la buena o mala gestión federativa de las promesas incumplidas, el hecho real es que esta Federación ha hecho bien en no ceder a las pretensiones de dichos jugadores. Los problemas en este caso superan a un organismo, que si cuenta con un presupuesto recortado esta temporada, como las demás federaciones, hace bien en invertirlo en promoción o ayuda a las provinciales y no en primas a la élite.Al deportista aficionado español -que ante todo debía haberse dado cuenta hace mucho que vive en España- se le ha enviciado demasiadas veces con unos premios económicos totalmente artificiales.

La única realidad a la que debería atenerse es a su propia vida al margen de un deporte que en este país no debe dar de comer más que a los profesionales. Ni siquiera a los amateurs marrón, como los del baloncesto.

Mientras el Consejo de Deportes no encuentre la solución de adecuar en los atletas la práctica de cualquier modalidad con su trabajo profesional -que también puede ser dentro del deporte- se sucederán casos así. En atletismo son continuos. Los jugadores del Real Madrid, cada uno con sus problemas profesionales, han puesto el dedo en la llaga. De nuevo se les podía haber «compensado» económicamente e incluso «convencido» a sus jefes respectivos en los trabajos. Pero hubiese sido otra solución de emergencia, como tantas se han tomado hasta aquí. Ya es hora de cambiar el rumbo. El CSD no podrá solucionarlo todo, pero debe dar el primer paso.

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