Matanza en un restaurante de Belfast: trece muertos
Belfast y sus alrededores están siendo peinados por las fuerzas británicas de seguridad, después de que la explosión de tres bombas en la noche del viernes causara la muerte de trece personas y heridas muy graves a un número indeterminado de ellas.
El atentado, atribuido en principio al IRA, se produjo en un restaurante de Comber, a veinte kilómetros de la capital del Ulster, cuando más de cuatrocientas personas, entre las que se calcula que había medio centenar de niños, asistían a la fiesta anual de un club motociclista.Minutos antes de que la primera bomba hiciera explosión, la policía, que no tuvo ocasión de evitar la catástrofe, fue advertida por un comunicante anónimo. Un segundo avisó se produjo inmediatamente después de que hubiera estallado el último artefacto. En cuestión de minutos el fuego redujo a escombros la totalidad del edificio. Numerosos heridos lo fueron al arrojarse, presas del terror, por las ventanas.
El ministro bitánico para Irlanda del Norte, Roy Mason, que pocas horas antes del atentado había declarado que la violencia en el Ulster estaba disminuyendo considerablemente, celebró a primeras horas de la mañana de ayer, en el castillo de Stortmont, una reunión de urgencia con los jefes de las fuerzas de seguridad británicas en el Ulster, para establecer el plan de acción destinado a localizar a los autores de la matanza.
Pocas horas después de que sucediera la tragedia habían sido detenidas ya veinte personas sospechosas de pertenecer al IRA, entre ellas Jerry Adams, uno de los dirigentes del Sinn Fein, brazo político del ejército provisional.
A las reacciones de condena por parte de los representantes de todos los partidos y del Gobierno de la República de Irlanda se han sumado las críticas de la oposición conservadora y los furibundos ataques de los unionistas del Ulster contra el ministro para Irlanda del Norte, a quien hacen responsable indirecto.
Las últimas semanas el señor Mason exhibió en varias ocasiones datos estadísticos que reflejaban el descenso de la violencia en el Ulster. Esta actitud, «triunfalista» en opinión del, reverendo Ian Paisley, líder del partido extremista protestante Unionista Democrático, pudo dar la falsa impresión de que la tensión había disminuido en la provincia británica.
Las declaraciones de los unionistas y la serie de manifestaciones de protesta que han sido anunciadas ya en Belfast hacen temer en medios gubernamentales que la matanza de Comber desencadene una acción de represalia.
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