El anteproyecto es "neutral" respecto al sistema económico
Los economistas que intervinieron en la segunda jornada de «La Constitución, a debate», tanto desde una perspectiva socialista -Jesús Prados Arrarte y Francisco Bustelo-, como desde una posición de centro -José Ramón Lasuén-, se mostraron de acuerdo en calificar al anteproyecto de Constitución de neutral en cuanto al sistema económico que diseña. La diferencia entre unos y otros fue que los socialistas consideraron la neutralidad como una forma de mitigar el sistema de libre mercado imperante, mientras que el señor Lasuén opinó que sería preferible que la Constitución dibujara claramente un modelo basado en la economía de libre mercado.Las apelaciones a la libertad del señor Lasuén fueron duramente criticadas en el coloquio por el socialista López Riaño, quien preguntó qué pasaría si la libertad económica, que el profesor Lasuén pide para el empresario, se predicara de las fuerzas laborales, a las cuales se les permitiera valorar libremente su trabajo. Añadió el señor López Riaño que, contra lo que se había afirmado, no es cierto que una sociedad basada en el sistema económico liberal, y por tanto consumista, sea más libre.
El profesor Prados Arrarte echó de menos en el anteproyecto que no se diga nada sobre el carácter indicativo o imperativo de la planificación económica. Consideró lógico que la Constitución diga que el Estado apoya la economía libre y no la utopía de la economía social de mercado.
En defensa de una economía de mercado socializada, el señor Prados manifestó la conveniencia de que la Constitución precisara el carácter indicativo del sector privado e imperativo del sector público.
Bustelo: "El anteproyecto es económicamente neutro"
El socialista Francisco Bustelo comenzó expresando su no coincidencia con la afirmación sobre la bondad de la economía de mercado socializada.
Por lo que se refiere al anteproyecto de Constitución lo consideró económicamente neutro como consecuencia de la necesidad de llegar a un consenso entre fuerzas políticas con diferente orientación económica. Los veinte artículos dedicados a temas socio-económicos no se contradicen, según dijo, con los programas económicos a corto plazo de las fuerzas políticas parlamentarias de mayor entidad: UCD, PSOE, PCE y AP. Sólo en la disolución de los poderes monopolistas, que preconizan los comunistas a largo plazo, y en la eliminación de la indemnización previa en caso de expropiación, defendida por los socialistas, observó algún posible conflicto con el anteproyecto constitucional.
En cuanto a los límites socioeconómicos que establece el anteproyecto, el señor Bustelo señaló que por la derecha no permite la desaparición de la iniciativa privada, y por la izquierda impide el abandono del papel interventor del Estado en materia social y económica.
José Ramón Lasuén criticó la enumeración mínima de libertades que contiene el anteproyecto, mientras que sí cuenta con una relación más completa y detallada de derechos económicos.
Entre otras carencias aludió a la no especificación de ninguna forma de organización económica de la sociedad y del Estado. Para obviar los defectos del anteproyecto terminó su intervención ofreciendo de forma exhaustiva una alternativa de redacción a numerosos artículos de la Constitución.
Nuevas ausencias
Antes de iniciar el coloquio hizo un resumen el empresario José María Castañé -que actuó de moderador en sustitución de Gloria Begué- y más tarde se pronuncio en contra del pasteleo del anteproyecto en materia económica y expresó su preferencia por una definición en el sentido de la economía de libre mercado.
En el coloquio, Carlos Sánchez Reyes rechazó la calificación de neutral aplicada al anteproyecto, por estimar que consagra el actual sistema económico de mercado sin avanzar en un sentido más social. En el mismo sentido se manifestó Enrique Pomares, quien precisó que dentro de cinco años la Constitución entrará en conflicto con los programas económicos de los partidos de la izquierda.
El profesor Lassuén insistió en que la Constitución teóricamente es válida para unos y otros, y añadió que si subsiste la actual prio ridad de los derechos sobre las libertades, prevalecerá la planificación sobre la sociedad pluralista y de economía de mercado. El señor Lasuén afirmó que el artículo 32 del anteproyecto -en el que se reconoce el derecho a la libre iniciativa económica privada- podría incluirse en la Constitución soviética.
El señor López Riaño negó esta última posibilidad y criticó la distinción hecha por el profesor Lasuén entre libertades y derechos desde la perspectiva favorable a la libertad de empresa. Replicó el señor Lasuén en defensa de su posición y señaló que la existencia del mercado no tiene nada que ver con el sistema de propiedad, que es el decisivo para definir el modelo económico. Aseguró que puede subsistir la economía de mercado en un sistema estatal.
La intervención prevista de Antonio López Pina, sobre el reajuste y la modernización de la estructura social en la Constitución, no se produjo por ausencia del ponente citado.
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