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Baloncesto

Paseo del Real Madrid ante el Granollers

El partido entre Madrid y Granollers quedó reducido a los dos primeros minutos de juego y, como bien explicó el entrenador vallesano al final del encuentro, duró tan poco porque su equipo sale tan disminuido en el Pabellón que es imposible hacerles poner en práctica los conceptos que se les inculcan en los entrenamientos y, en realidad, lo que les interesa es la Liga que ellos juegan, dejando aparte a los tres grandes.Lolo Sainz puso en juego a su mejor quinteto y el marcador empezó a resentirse: 30-12 a los diez minutos, y al descanso 59-32, para ese entonces el entrenador blanco ya había alterado el equipo inicial, dando entrada a Corbalán e Iturriaga por Cabrera y Brabender, que no estaba demasiado fino. En la continuación, los cinco primeros minutos fueron de un bache total de los visitantes, que en este tiempo sólo anotaron un enceste (78-34). A partir de este momento, Sainz dio un movimiento más ágil al banco, hasta el punto de que los seis últimos minutos habla en la cancha un quinteto totalmente inédito, formado por Ramos, Gaztañaga, Puente, Luyk y Romay, que volvió al primer equipo e hizo buenas cosas. Al final, un elocuente 114-6 1, que pudo ser mucho más abultado, pero el partido fue un ensayo y no dio para más. El rival que había enfrente salió entregado y deseoso de cumplir tan desigual contienda.

Estos encuentros de Liga, de tan marcada superioridad madridista, sólo sirven, en realidad, para observar los progresos de los jóvenes que no juegan habitualmente. Al respecto hay que destacar a Iturriaga, que cada vez da más impresión de llevar dentro de sí a un jugador serio de grandes posibilidades. También sigue mejorando Romay, que con sus 2,12 y su juventud permite también esperanzas. A Puente se le vio más rápido que otras veces. De Gaztañaga poco puede decirse, porque apenas jugó. Por otra parte, es de señalar el duelo que parece haberse entabla do entre Corbalán y Cabrera, los dos espléndidos de forma, por ganarse la plaza de titular del equipo en el puesto de base, que ambos se disputan. El «problema» no es nuevo en el Madrid ni para Cabrera, que ya se encontró durante tiempo con la rivalidad de Vicente Ramos, tanto en el Madrid como en la selección española. El Madrid acapara desde hace tiempo a los mejores bases nacionales.

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