Crisis abierta en Alianza Popular de Asturias
La crisis abierta, después de las declaraciones antifranquistas a EL PAÍS de José Orejas, recientemente elegido vocal regional de la junta directiva nacional del Partido Unido de Alianza Popular (PUAP), sigue cobrando numerosas protestas y amenazas de dimisiones. Concretamente, Carlos Prieto, presidente local de Alianza Popular (AP), en Gijón, ha dejado su cargo, aunque no la militancia, mostrando su disconformidad con las manifestaciones de Orejas y los acuerdos del congreso de Madrid. Prieto, ex presidente del grupo de cultura Covadonga, de Gijón, ha mostrado su oposición a la nueva actitud liberal del partido y a la incorporación de un hombre reticente con el franquismo, Félix Pastor Ridruejo, a la dirección nacional de Alianza Popular.Por su parte, Francisco Ballesteros Villar, ex gobernador civil de Segovia en el primer Gobierno Arias y de conocida ideología nacional sindicalista, se dio ayer de baja en el partido. EL PAÍS ha podido saber en fuentes próximas a Ballesteros que éste se había resistido, en principio, a entrar en Alianza Popular, decidiéndose finalmente impulsado por Licinio de la Fuente.
Estas mismas fuentes aseguran que Ballesteros comentó en privado que se trataba de un empeño imposible conciliar dentro de un mismo partido criterios enfrentados como los sustentados por los partidarios de realizar profundas reformas sociales y quienes defienden abiertamente el capitalismo, situando entre estos últimos al grupo capitaneado en estos momentos por el empresario José Orejas.
Entretanto, el presidente de Alianza Popular de Asturias, Manuel Robledo, trate de quitar importancia a la crisis.
