Nuevos tiempos

Hace unos años el irse de la directiva del Real Madrid hubiese sido un suicidio deportivo. En los tiempos que corren, el que parecería destinado a ser futuro presidente de la «casa blanca» deja de hacer la guerra desde dentro y se permite el lujo de dimitir casi desde Moscú para empezar el ataque por fuera. Ramón Mendoza, que entró sorpredentemente para «hacer algo», se va, no menos de sopetón, porque «está todo hecho».El país ha cambiado, es evidente. Estas cosas no pasaban antes. Si la candidatura «oficial» del viejo «Sanedrín» madridista tenía pensado a Gregorio Paunero como futuro rector, hasta los compromisarios más recalcitrantes se pueden volver «progres». Saporta, el eterno valedor en la sombra, ya no podrá tener tan controlado a un «presidenciable», que podía sujetar dentro.

De cualquier forma, no se puede olvidar que, al fin y a la postre, goles son triunfos y no es lo mismo el Madrid líder de este año que el renqueante del pasado. Ese es el único punto favorable para el poder establecido blanco. Pero si el Madrid, con lesionados y todo, empieza a perder, ya sería una buena coincidencia con la marcha de Ramón Mendoza. Por lo pronto, la oposición blanca ya puede ser para tomarla en cuenta.