Los celos pudieron provocar la muerte de una niña de un año
La brutal agresión y supuesta violación que causó en la madrugada del martes la muerte de una niña de un año de edad pudo ser, al parecer, motivada por los celos que un amigo de la madre tenía tanto de la pequeña como de su hermana, a quien también lesionó.La noticia del hecho, recogida ayer por EL PAÍS, fue confirmada oficialmente durante la mañana, en una nota de la Jefatura Superior de Policía en la que comunicaba la detención tanto del presunto agresor y homicida, José Luis Rodríguez, de veintitrés años, como de la madre de las dos pequeñas, mellizas, de un año de edad.
Según la citada nota, Susana Tania Fernández fue ingresada a primeras horas de la madrugada del, martes en el hospital del Niño Jesús con hematomas en distintas partes del cuerpo, «equimosis múltiple en región infraumbilical, en extremidades superiores, cara, glúteos y vértebras torácico-lumbares y sacro; rotura de himen y quemaduras en tres dedos de ambas manos».
Ante este parte, un médico de guardia del citado centro hospitalario avisó al 091, que envió un coche-patrulla. Tras observar a la pequeña, que ingresó cadáver, los miembros de la dotación policial acompañaron a la madre de la niña, Eulogia Fernández Martín, al parecer soltera y de veintidós años, a su domicilio en la calle de Mota del Cuervo, 76, en Canillas.
Poco después los mismos policías volvían al centro del Niño Jesús con la hermana de la fallecida, Elena Rebeca, a quien se le apreció una «parálisis del paquete intestinal».
Fuentes policiales informaron asimismo que minutos después de detener al que decía ser padre de las niñas, se comprobó que la relación existente con la madre era únicamente de cohabitación.
Ante las acusaciones que se le hacían, la postura del detenido fue, en principio, de negar su intervención en las lesiones causadas a las dos hermanas. Después, según parece, confesó que les había pegado por su «mal comportamiento ». La rotura del himen de la pequeña Susana Tania la justificó, en sus declaraciones, como un accidente «al meterle el dedo cuando la estaba bañando».
Como manifestaba anteayer a EL PAIS el doctor Crespo, director del hospital del Niño Jesús, «sólo la autopsia podrá demostrar la verdad». Sin embargo, el secreto sumarial, en el que entran los resultados de la autopsia, hace que sólo se cuente con los partes médicos de ingreso hasta la celebración del juicio.
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