Hoy comienza un Rallye de Montecarlo venido a menos
Hoy comienza la 46 edición del Rallye de Montecarlo. Desde distintos puntos de Europa, de Almería a Copenhague, partirán casi trescientos vehículos para confluir, el próximo martes, en la capital del pequeño principado. Será entonces cuando comience realmente la prueba, ya que los casi 2.000 kilómetros que se habrán recorrido hasta llegar a Montecarlo, no son más que un itinerario turístico-deportivo. De cualquier forma, el Rally de Montecarlo ya no es lo que era. Los elevadísimos costes de participación, así como la escasa competencia, han hecho decaer notablemente el interés de la prestigiosa prueba.
El Rallye de Montecarlo es una de las carreras más prestigiosas del calendario mundial. Su fama ha traspasado todas las fronteras, y cualquier no aficionado ha oído hablar alguna vez de esta especial prueba de velocidad-resistencia. La época gloriosa del rallye, que transcurrió en la década de los sesenta y principio de los setenta, encumbró a muchos pilotos, dándoles la fama y la aureola de mitos. Ganar en el Rallye de Montecarlo era entonces un triunfo imprescindible para llegar a alcanzar la categoría de figura, y el que lo conseguía pasaba automáticamente a ocupar un puesto en este privilegiado escalafón. Pero ¿qué es realmente el Rallye de Montecarlo?Después de un origen puramente turístico, que se remonta a 1911, y tras haber pasado por muchas vicisitudes, el Rallye de Montecarlo fue reestructurado y pasó, en la década de los cincuenta, a tener una configuración muy próxima a la que tiene actualmente. Fue entonces cuando el recorrido de concentración dejó de ser la parte importante de la prueba para convertirse en la accesoria. La clasificación del rallye se decidía en los tramos cronometrados contra el reloj que se disputaban, una vez llegados los participantes a Mónaco, por las zonas montañosas próximas a la capital del principado.
Recorridos de concentración, común y final
El Rallye comienza con el Recorrido de Concentración, que, con un total de cerca de 2.000 kilómetros, no tiene mayor inconveniente que el que los participantes vayan sumando horas de insomnio y de conducción. Se circula por carreteras generales y, aunque algunas de ellas pueden estar cubiertas por la nieve -principalmente en el centro de Europa-, el bajo promedio exigido, cincuenta kilómetros por hora de velocidad media, hace que esta parte de la prueba sea muy fácil de superar.Una vez llegados los participantes a Montecarlo, y antes de poder descansar, se realizan unas pruebas de selección, que consisten en recorrer cinco tramos de velocidad contra el reloj. Estos últimos dan la primera clasificación provisional, marcando el orden de salida para la siguiente etapa.
Una vez discurridas unas horas de descanso, los concursantes pasan a disputar la segunda parte del rallye, denominada Recorrido Común. Esta segunda -etapa, denominada también Mónaco-Gap Vals le Bains-Digne-Mónaco, comprende un total de 1.690 kilómetros. Aquí el rallye toma ya cuerpo como tal y se convierte en una auténtica carrera. Al cansancio de los pilotos se une la dificultad de las quince pruebas especiales de velocidad que tienen que disputar, donde hay que solicitar a las mecánicas al máximo, en un continuo esfuerzo, para poder mantener el ritmo de los mejores.
Terminada esta segunda etapa, y después de descansar algo, sólo los cien mejores pasan a disputar la tercera y última, denominada Recorrido Final de Clasificación o, también, etapa Mónaco-Mónaco. En ésta se recorren aún 670 kilómetros más, en los que se incluyen otras nueve pruebas especiales de velocidad. Si las condiciones climatológicas son lo suficientemente duras como la época del año puede vaticinar, esta última parte se convierte en la auténtica criba.
Este año la falta de interés radica en la escasa competencia. Sólo dos marcas participan con el suficiente potencial mecánico como para optar a la victoria, Lancia y Fiat, y ambas pertenecen a una misma sociedad. Como, además, los planes deportivos de la marca común han dispuesto que sea Fiat la que venza, figurando Lancia sólo como mero comparsa, el escaso interés prácticamente se anula.
Esta ha sido la razón de que Sandro Munari, piloto de Lancia y único hombre que ha logrado cuatro victorias en esta prueba, a última hora haya renunciado a participar. En esta ocasión Munari podría haber conquistado su quinto triunfo -cuarto consecutivo-, pues la poca competencia facilitaba aún más su labor. Sin embargo, los superiores intereses de su marca le obligaban a relegarse a un segundo plano, para facilitar la victoria de alguno de los Fiat. Il Drago, ha preferido no tomar parte antes que tener que dejarse vencer por respetar las órdenes de sus superiores, renunciando a lo que para él, próxima ya su retirada, constituía su máxima ilusión: volver a ganar el Rallye.
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