Comisión para regular la suerte de varas

Con la creación de una comisión para el estudio de los artículos 83 al 86 del reglamento taurino, que contemplan lo que concierne a caballos de picar, petos y puyas, se ha dado una gran paso hacia la reforma positiva del mismo. Este fue el acuerdo principal de la sesión celebrada ayer en la Dirección General de Seguridad.Hemos dicho muchas veces que estos artículos son la base del reglamento, porque base de la lidia es la suerte de varas. En este sentido, tuvo otra intervención brillante el ex presidente de corridas y comisario de Policía jubilado, Pedro Torres.

Los contratistas de caballos, en bloque, sostenían que el nuevo texto que se debatía -propuesto por la Federación Nacional Taurina, que con sus propuestas de reforma hace un gran servicio a la fiesta- es inaceptable, no por caprichos ni por conveniencias, sino porque hoy no existe el tipo de caballo que en él se pide. Alfonso Navalón, del diario Pueblo, repuso que el caballo español está hoy presente en nuestro país, a raíz de la revolución en Portugal -adonde le llevaron durante la guerra-, y Antonio Sánchez Belda, del Ministerio de Agricultura, dictó una apasionante conferencia sobre el ganado caballar, que electrizó a la mayor parte de los asistentes y echó por tierra las argumentaciones de los contratistas.

El tema estaba en fijar límite máximo de peso a los caballos, en lugar del mínimo que figura en el vigente reglamento, y el veterinario Ramón Barga facilitó el dato de que la media en la cuadra de Las Ventas es de 585 kilos, por lo cual sugería que el referido máximo se marcara en 560 kilos. Barga fijó la clave de toda la reforma: «Señores, los aficionados esperan de nosotros que modifiquemos la suerte de varas, y sólo eso». Y el picador Mejorcito un nuevo aspecto del problema: «A mí, lo único que me interesa del caballo es que me responda; el peso es lo de menos.»

Ahora, representante de radio

Debemos aclarar que no fueron siete -como por error decíamos ayer-, sino casi el doble los informadores taurinos que asistieron a la reunión donde votaron el pretendido representante de la crítica taurina en la reforma del reglamento. Pero son tan heterogéneos sus cometidos profesionales, que, su representa tivid ad aún es más discutible de lo que habíamos pensado. También hubo arbitrarias desigualdades en el número de representantes por cada medio; votos delegados, de boquilla, que extrañarían a la más rudimentaria norma electoral, y una chocante forma de proclamación de candidatos. De provincias, nadie, salvo Juanita Montaño, Ruth Porta y Anastasio Gargantilla, los tres por El mundo de los toros, de Palma (y ninguno crítico taurino, que sepamos; pero, eso sí: votaron). Radio Nacional tuvo cuatro representantes (cuatro votos) y otros medios uno, o ninguno. Mas ni siquiera en Madrid hubo convocatoria suficiente: no fueron invitados, por ejemplo, ni Guillermo Sureda, de Sábado Gráfico, ni nada menos que el decano de la crítica taurina, con más de cincuenta años de profesión ininterrumpida y máximo prestigio: José María del Rey Selipe, titular de Ya. Si quienes convocaron no contaron con el maestro de la crítica, huelga todo comentario sobre la coherencia de este asunto.Lo pintoresco es que los votantes eligieron a un representante de la crítica taurina, en general, y les salió un representante de la radio, en particular. En las reuniones para la reforma del reglamento es, desde ayer, según oímos al presidente de la misma, el representante de la radio. Vamos de sorpresa en sorpresa, qué cosas.