Democracia de tinta

¿Estamos asistiendo a una tomadura de pelo o a un «cachondeo» nacional, los consumidores (como siempre)?Se publica una disposición, orden o lo que sea por la cual los colegios no podrán subir sus cuotas mensuales a los alumnos nada más que en un tanto por ciento, y los colegios, haciendo oídos sordos los suben otro tanto por ciento más elevado. Se reclama al organismo correspondiente (en este caso, el Ministerio de Educación) y nos envían una circular, contándonos lo que «deben» hacer los colegios, pero que no hacen puesto que siguen con los precios elevados.

Se notifica por medio de la prensa, radio y TV, que el café ha bajado tanto y las cafeterías siguen con el precio anterior subido. Se denuncia este hecho y se nos dice que las cafeterías «deben» bajar los precios del café en el tanto por ciento correspondiente, pero no lo cumplen.

Los garajes, al ser autorizados a poner precios libres, sus tarifas suben astronómicamente. Ante las denuncias, protestas y demás se publica en los periódicos la resolución del Ministerio de Comercio, en la que se hace constar que los precios de los garajes «deben» volver a los que tenían en el primero de noviembre de 1977, pero los garajes siguen cobrando las nuevas tarifas descomunalmente aumentadas.

Eso sí, no digo que algunos (muy pocos) hayan bajado los precios, ya sean colegios, cafeterías, o garajes y también digo que algunos (poquísimos) han sido multados, pero la mayoría siguen tan contentos.

Sobre las tarifas de la Telefónica no merece ningún comentario.

Pongo estos ejemplos tan dispares como muestra. No hay que ser ingenuos y pensar que estas cosas no suceden en otros órdenes de la vida cotidiana.

Pero eso sí, los pobres consumidores «tenemos» obligación de no aparcar el coche en «casi todos los lugares de Madrid» so pena de cepo o grúa (multa que sí se cobra). «Tenemos» que pagar nuestros impuestos a Hacienda religiosamente (que también los cobran), «tenemos» que pagar multitud de contribuciones, arbitrios, impuestos de lujo y demás (que sí que nos lo cobran).

Entonces, ¿para qué nos sirve la democracia?, ¿para poder solamente denunciar los abusos? Antes se «echaba tierra» a los asuntos feos, ahora se les «echa tinta» (de periódicos) pero nada más, de ahí no pasa.