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Los árbitros castellanos, hartos de agresiones

Los árbitros castellanos de categoría regional trataron ayer el tema de las constantes agresiones de que vienen siendo objeto desde que comenzó la temporada. La paciencia de estos colegiados es harto plausible porque aún siguen confiando en que los graves y desagradables hechos que les están ocurriendo remitan a partir de ahora, aunque de no ser así tendrían que tomar medidas más drásticas de las que han adoptado hasta el momento.Se ha dado la circunstancia, incluso, de que hasta los jugadores de un equipo ¡juvenil!, El Santos, agredieron también a un árbitro el pasado viernes. Pese a que las sanciones han sido fuertes -hasta veintinueve partidos a un jugador de este equipo y ocho a los diez restantes-, así como la sanción a perpetuidad a siete jugadores de otro equipo regional -el San Cristóbal, de San Martín de la Vega, dándose el caso curioso de que cuatro de los sancionados son hermanos-, las agresiones no cesan.

Los incidentes ya vienen de muy atrás y no sólo se dan en la región castellana. Hace unas semanas, los árbitros del colegio cántabro también denunciaron casos similares. La falta de vallas y de fuerza pública dejan a los árbitros en un desamparo evidente. Los colegiados castellanos, por su cuenta, han debido «vetar» los campos del Daimiel y del Avila, así como cuatro más de Ciudad Real. Sin embargo, el Avila, por ejemplo -que ha sido sancionado con cuatro partidos de suspensión-, ya ha solicitado que sus encuentros de casa los dirijan árbitros de otros colegios. Aunque algunas medidas han sido enérgicas, los árbitros estiman que no todo lo severas que se les prometió. Hay que señalar, por último, que son 350 los árbitros que deben cubrir unas 850 actuaciones. Algunos, por tanto, deben arbitrar tres partidos en la misma jornada.

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