La verdadera libertad de enseñanza

«Reducir la libertad de enseñanza a la elección de un centro es un desatino. El derecho de los padres a elegir el tipo de enseñanza que quieren para sus hijos no puede reducirse a la opción entre un centro estatal o un centro privado.Hay que tener el valor de afirmar que la enseñanza es por igual autoritaria en los centros estatales y en los centros privados, si bien que en los segundos el profesorado goza de menos libertad todavía y, en la inmensa mayoría de los casos, de menor participación en la gestión del centro. Pero en unos y en otros la participación de los padres es prácticamente simbólica o inexistente:

Ahí está el problema, y esa es la cuestión que no plantean estos advenedizos a la defensa de ta libertad de enseñanza.

Hoy tenemos que soportar el increíble hecho de quienes durante cuarenta años apoyaron el más sectario autoritarismo educativo nos salgan en la actualidad coma portaestandartes de la libertad de enseñanza.

Estamos dispuestos a favorecer la gratuidad y a poner los medios precisos para ello, atendiendo en el proceso de su implantación a un orden de prioridades en beneficio de los más oprimidos. Pero reafirmamos categóricamente que todo centro costeado con fondos públicos tiene que ser controlado por la comunidad escolar: padres, profesores, alumnos y personal no docente.

Otro aspecto inseparable de la auténtica libertad de enseñanza de una democracia educativa real es que la planificación y programación de la enseñanza se realicen democráticamente, con participación efectiva de todos los sectores implicados y no de forma jerárquica, autoritaria y centralista, como se ha venido haciendo hasta el presente.

Así pues, desde el más rápido examen del tema, salta a la vista cuán pobre es la interpretación de la libertad de enseñanza reducida al obsesivo e interesado aspecto de la elección de centro y de las subvenciones a los centros privados.»

, 12 diciembre