_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

La eterna canción

El fútbol español ha pasado de la alegría al disgusto. Era lo lógico. Del triunfo de la selección a_las realidades crudas. La de unos jugadores que quieren asociarse, lo cual parece muy normal, pero que desbordan todos los límites al pedir un porcentaje del dinero de las quinielas y la de los clubs que se quejan ahora del nuevo calendario, no impugnado ni protestado en su día.La situación se puede agravar hasta extremos insospechados y haber clubs que presenten crisis irrecuperables antes del fin de la temporada. Muchos alabarán diciendo, aunque sea una ironía, que como no consigan los jugadores ese dinero de las quinielas, no cobrarán de ningún lado. Lo ocurrido en el Mallorca fue sólo un aviso, pero los cheques sin fondos pueden proliferar en muchas partes.

Y es que los problemas del fútbol español continúan siendo los mismos. Al jugador de cierta categoría se le ha acostumbrado demasiado a cobrar mucho con el mínimo esfuerzo e incluso calidad. Y al directivo a jugar alegremente con un dinero que no es suyo. Así están de empeñados los clubs, paraísos a los que nadie pide cuentas.

El Málaga, por ejemplo, es actualmente otro ejemplo sangrante. Penúltimo de Segunda, a tres puntos ya de sus cuatro antecesores, se encuentra en una situación económica y deportiva gravísima. Pues bien, su presidente, Federico Brinkman, acaudalado hombre de 9egocios con el que conversamos en Belgrado, se permitió el «lujo» de dar a Otto Bumbel, ahora entrenador, un plazo de dos partidos, entre los cuales debería conseguir, al menos, tres puntos. Como el Málaga perdió 3-0 en Tarrasa, el pasado domingo, aunque venza hoy al Córdoba, en teoría debería ser ya cesado. Así de simple. Se le pagaría su millón y medio de ficha y se gastaría más dinero con otro sustituto.

Sin embargo, lo de menos es que se cumpla el ultimátum. Lo realmente grave es que el presidente malaguista llevaba dos semanas de tratamiento con la doctora Asland en Rumania, y no sabía que su junta directiva, tras el empate en casa ante el Valladolid había sancionado económicamente a siete de sus jugadores por falta de rendimiento, e incluso les había amenazado con rescindirles el contrato. Tenía, pues, un desconocimiento total de lo que sucedía en su club. Lo más fácil, claro, era echar al entrenador. La eterna canción del fútbol español. ¿Hasta cuándo?

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_