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El Atlético sigue en el bache

Atlético y Español confirmaron su mal momento y ofrecieron un encuentro aburrido y sin calidad, toda una contrapropaganda para el espectáculo futbolístico. El partido se resolvió con un autogol de la defensa españolista y sólo eso salvó al Atlético de aumenta, su cuenta de negativos. Reapareció Leivinha en la segunda mitad y, aunque cumplió, se le vio lejos de su mejor juego.Hasta que no puntúe fuera, el Atlético seguirá jugando incómodo en casa. Arrastra un negativo y cada partido en el Manzanares representa la posibilidad de verlo acompañado por algún otro, y hace jugar al equipo nervioso, sin soltura. Ante el Español, el Atlético fue otra vez un equipo angustiado, incapaz de una producción continua de juego y con abundancia de fallos en las acciones individuales, fruto, sin duda, de la desconfianza. El conjunto catalán salió a cerrarse, con predilección por el juego defensivo. En la media Huertas intimidó pronto con duras entradas a Marcial, y atrás los marcajes sobre lo! hombres punta resultaron relativamente sencillos, porque Rubio estuvo muy flojo Rubén Cano se veía muy rodeado de gente en el centro del ataque y Aguilar, extrañamente, recibió poco juego. Robi tuvo diez primeros buenos minutos, pero luego se equivocó mucho, y eso terminó de frenar al Atlético. Leal falso lateral, subía a la media a tratar de echar una mano, pero el Español trataba de contenerle atrás, amenazando por aquel lado con Cuesta y Ozorio, y eso le impidió al internacional trabajar con soltura en tareas de construcción. Por su parte, el Español mostraba poco fútbol en sus contraataques, en especial por culpa de Solsona, que hizo toda una exhibición de cómo un jugador puede malograr unas excelentes posibilidades técnicas.

Llegó un gol en la primera parte, en un chispazo de Aguilar; hubo alguna ocasión más para ambos equipos, pero muy pocas. Urruticoechea se defendió bien en centros altos y Reina pasó algún sobresalto, pero nada más. En la segunda mitad, de salida, Luis dejó en la caseta a Marcial -casi inútil en la primera parte- y colocó en su puesto a Leivinha que reaparecía tras larga inactividad, con la misión de jugar de media punta, a fin de protegerle de las violencias del área; Santamaría, por su parte, dejaba fuera a Cuesta -uno más de los centrocampistas inútiles de la noche- y colocaba en su lugar a Flores, delantero nato, para atacar con tres hombres. El juego siguió siendo tan malo como en la primera mitad, pero las cosas parecieron complicarse para el Atlético, que a los nueve minutos encajaba un gol, obra de Flores, a la salida de un córner. El gol no cambió las cosas; siguió el encuentro con la misma tónica de falta de calidad, con torpezas frecuentes y pocas jugadas de peligro. Leivinha sólo se dejó ver en un excelente lanzamiento a Rubio y en un buen cabezazo, que atrapó Urruticoechea. Un autogol con rebote resolvió el partido para el Atlético, pero lo mismo podría haber ocurrido en el otro marco. El equipo de Luis salvó los puntos, pero no mejoró nada actuaciones anteriores.

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