Pretenden reglamentar el toro inútil
En la reciente ronda de reuniones para la reforma del reglamento, donde ya han empezado los representantes de los diversos estamentos del espectáculo, autoridad incluida, a abordar cuestiones de fondo -con bastante poca fortuna, por cierto- no ha *quedado nada claro quien manda en la suerte de varas, si el matador o el presidente. Es importante esta cuestión pues el primer tercio* constituye el eje de toda la lidia. En él mide el toro su bravura y su potencia; en él empieza-a corregirse el juego que ofrecerá el toro -en los tercios si guientes; en él empiezan a dar la medida de su arte y de sus conoci mientos los espadas, y simultánea mente el espectáculo atraviesa sus más brillantes momentos, pues se produce la confrontación de estilos y de técnica entre los componentes de la tema, con la competencia en quites. Todo ello en teoría, si me apuran,según reglamento vigente, pero que pasará a la hittoria si prosperan las modificaciones que están introduciendo los reforma dores oficiales, con las cuales segu ramente atenderán criterios mayo ritarios o unánimes de quienes asisten a las reuniones dichas, o satisfarán intereses personales acaso comprensibles, pero se van a cargar la fiesta. La redacción que se perfila de los artículos que contemplan el primer tercio, hace temer que éste, de eje básico y espectacular en la lidia, pasaría un trámite engorroso groseramente legalizado. Admitir que el toro no tiene por qué recibir las tres varas reglamentarias si no tiene.fuerza, es legitimar al toro sin fuerza, inútil y, por tanto, antirreglamentario. Admitir que el presidente cambiará eFtercio cuando el matador lo pida, es legitimar el puyazo único, lo cual significa que los reformadores reglamentistas consideran accesorios la exhibición y comprobación de la bravura del toro, los quites, el toreo de capa todo y, en definitiva, la mismísima lidia.El reglamento taurino vigente, el mayor defecto que tiene es que no se ha cumplido de verdad jamás; y si alguna reforma requiere no será para acomodar sus normas a la decadencia, acusadísima, del toro y de la tauromaquia, hoy habitual, sino,precisamente para lo contrario: para, potenciar una revitalización total de la flesta."El camino que siguen los señores reformadores, sin embargo, es Tyoner en curso legal la mayor parte de las repetidas transgresiones a lo reglamentado (esas y no otras son las causas de la mencionada decadencia), sin más argumentos que las apoyen que su propia repetitividad y quizá, en algunos casos, con un fondo de corruptela o de grave fraude. - Ahora, reuniones adelante, después de haber inventado esa joya de que se podrá echar a la calle al espectador que moleste, querrán disminuir la puya y el peto, limitar el peso del caballo, etc, y ésta será una solución parcial y demagógica, porque mediante tales medidas disimulan el compromiso deprocurar que el toro sea toro, y la lidia, lidia.
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