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Intensa campaña del PNV para democratizar los ayuntamientos vizcaínos

A la reciente dimisión del Ayuntamiento de Baracaldo podrían sumarse, en las próximas semanas, las renuncias de más de media docena de ayuntamientos importantes de Vizcaya. La decisión de alcaldes y concejales se vería forzada por una impresionante campaña popular -propugnada en la provincia principalmente por el PNV- para hacer dimitir a la mayoría de los alcaldes de los 96 ayuntamientos vizcaínos que, según dicho partido, han incurrido en contrafuero.

, En la actualidad, y por diversas razones, han dimitido los ayuntamientos de Galdácano, Ondárroa, Bebia, Baqio, Amorebieta y Baracaldo. En esta última localidad el pleno municipal decidió, hace unos días, poner sus cargos a disposición del gobernador civil, «al constatar la falta de respaldo popular que tenían sus actuaciones». Alcalde y concejales tomaron, asimismo, el acuerdo de no llevar a cabo en adelante ninguna decisión importante que pudiera afectar al futuro del municipio, en caso de que no fueran relevados de sus puestos. Baracaldo es, con sus 135.000 habitantes, el segundo Ayuntamiento de Vizcaya. También el Ayuntamiento de Amorebieta puede considerarse entre los más importantes de la provincia. Mientras algunos ayuntamientos han decidido dimitir, otros se niegan a hacerlo. Los ayuntamientos de Lemona y Fica-Gámiz, son dos ejemplos de resistencia al cese, a pesar de tener a la población en contra de su gestión.En Lemona, el jueves de la pasada semana, el alcalde, señor Llona, se negó a aceptar su dimisión, solicitada en carta dirigida al pleno por tres miembros de la junta local del PNV (partido que logró del municipio el 66 % de los votos). Los firmantes pedían se sustituyera al alcalde por una comisión gestora que debía hacerse cargo interinamente de la gestión municipal.

Como protesta por su actitud, los miembros de la junta local del PNV decidieron encerrarse en los locales del Ayuntamiento en tanto el alcalde reconsidera su actitud. El señor Llona ha prometido pensárselo.

Otro caso curioso sucedió días pasados en Fica-Gámiz, y también tiene dos protagonistas: el alcalde y la junta local del PNV, en donde el partido ganó también las elecciones. Tras la celebración de una asamblea en el pueblo se decidió pedir la dimisión del alcalde. La junta local del PNV se encargó de solicitar el cese al alcalde, que se negó rotundamente a dejar su puesto. Ante tal actitud, miembros de la junta local del PNV clausuraron y precintaron el Ayuntamiento. Posteriormente, la Guardia Civil, por orden del gobernador, desprecintaría los locales.

Esta situación producida en Lemona y Fica-Gámiz no es un hecho aislado. En gran parte de los ayuntamientos vizcaínos existe un sentir general de que los ayuntamientos elegidos «a dedo» durante el franquismo deben dimitir. Detrás de esta campaña popular está el PNV, que logró la mayoría absoluta en 76, de los 96 municipios vizcaínos (según cifras facilitadas por el mismo partido). No es, por ello, arriesgado señalar que situaciones como la de los ayuntamientos citados van a reproducirse las próximas semanas, en las que se espera falten varios alcaldes importantes.

El PNV insistió a EL PAIS en su deseo de que en breve dimitan todos los ayuntamientos de Vizcaya. En opinión del Partido Nacionalista Vasco, los 96 han incurrido en contrafuero y deben dejar sus cargos en manos del pueblo; en las comisiones gestoras. «Debemos comenzar a exigir que se cumpla el artículo cinco del régimen preautonómico para Euskadi, que trata, de configurar una administración municipal propia.»

Por otra parte, y hasta la fecha, no ha sido legalizada ninguna de las comisiones gestoras que lo solicitó. En Vizcaya, el número de solicitudes denegadas superan la media docena. Un número similar de comisiones gestoras está a punto de pedir su legalización.

En relación con este tema cabe añadir que los partidos PSP, PC, MC, ORT, OIC, LKI, ESEI, OCE, Euskal Komunistak, EKA (Partido Carlista), ElA y ESEI constituyeron ayer, en Bilbao, una comisión de trabajo municipal con el fin de abordar los problemas municipales más acuciantes que no estén incluidos en los objetivos de la comisión de control.

Entre los objetivos de la recién nacida comisión de trabajo destacan: exigencia de convocatoria de elecciones municipales antes de fin de año y su celebración en el primer trimestre de 1978; revisión y actualización del censo (con período de información pública); reordenación de los actuales distritos.

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