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Los extranjeros, héroes del domingo

Wolf y Stielike, Biri-Biri y Scotta, Chazarreta y Cos, Neeskens, Finarolli y Gómez Voglino, Alves y Cino se encargaron de ser los héroes del domingo con esa labor tan apreciada que es la de marcar goles. Junto a ellos solamente hubo estos españoles: San José y Santillana, Sánchez Barrios, Satrústegui, Carlos e Irureta, Flores, Sitjá y Miguel Angel. Total, doce a diez. En lo importante, victoria extranjera. Los jugadores españoles brillaron más en otras cuestiones; se anotaron las dos únicas expulsiones de Primera División, y de las quince tarjetas que mostraron los árbitros obtuvieron diez. Un balance totalmente desesperanzador.

El fútbol español, como se ve, está, para lo bueno, a merced de los foráneos, y para lo malo, a expensas de la manga más o menos ancha de los árbitros. Por cierto que el domingo, en Sarriá, el señor Pes Pérez, que nos ha salido sindicalista de izquierdas, a la hora de las bofetadas, que las hubo en abundancia, se pasó al comité de no intervención. En Sarriá el partido entre periquitos y culés tuvo un final nada edificante. El colegiado, para meter baza sin que se notara de masiado, acabó por expulsar del banquillo a Juanjo, a quien previamentre había echado del terreno de juego.Por aquello de que tiene que haber para todos los gustos, en Madrid, el encuentro contra el Eurobetis fue de lo más pacífico. Pero tuvo sus anécdotas. Una, que al club le salió mal la operación de televisar este partido porque la lluvia impidió la buena entrada que era presumible. Otra, que Santillana hizo un corte de mangas al marcar su golito, y hay que suponer que se lo debió dedicar in mente a alguien que no estaba por delante, porque el chico no es propenso a los gestos agrios. El corte de mangas podría servirle a Kempes, que ya no está solo en la cabeza de la clasificación de goleadores. Bernabéu, refiriéndose a su esposa doña María, en cierta ocasión dijo: «Esta mujer es tan buena, que aún cree que los partidos los gana Santa Teresa». Me imagino la alegría de doña María cuando San José marcó el primero de los cuatro tantos.

El santo de espaldas lo tiene este año el Atlético. Un diputado de Centro Democrático -los diputados centristas suelen ser del Real Madrid- me preguntó el domingo por los posibles males del Atlético en la presente campaña. Para mí el tema está claro; al Atlético no se le pueden pedir dos campañas de Liga consecutivas a pleno éxito. Es simplemente la costumbre de la casa y, por tanto, hay que verla con naturalidad. Lo bueno del Atlético es que, a la mejor, en la Copa de Europa es capaz de alcanzar la final, aunque sea para perderla a falta de veinte segundos. Vicente Calderón, que el domingo por la mañana estuvo en el estadio viendo al Atlético Madrileño, debió pasar por la tarde un mal trago oyendo el transistor. Ni siquiera en Sevilla pudo puntuar su equipo Sólo el Atlético, el propio Sevilla y el Español han sido incapaces, hasta el momento, de puntuar en sus desplazamientos. Aunque siempre queda el recurso de decir que la Liga es larga; por el momento, ya son nueve los puntos que le separan de la cabeza. Y encima, quien domina es el Madrid, que se ha despegado un poco más del Barça.

El próximo domingo no tendremos Liga en Primera porque Kubala, una vez resuelto el drama de Marco, piensa en Argentina como en algo dorado. Por cierto, que con esto de Marco y puesto que el chaval se despidió con la promesa de volver a Argentina cuando sea mayor y dado que demostró unas condiciones andariegas excepcionales, ya hay intermediarios preparando la falsificación de su partida de nacimiento.

A partir de mañana sólo nos quedará esperar los resultados ueferos del Barcelona y el Athletic para hablar sólo de la selección. Iríbar nos jugó el domingo una pequeña faena con su lesión. La ausencia del Chopo en Yugoslavia, partido para el que probablemente se necesitará un meta alto y dispuesto al destajo en los despejes de puños, era una buena excusa para recordarle. Lesionado, ya no quedan muchas opciones para discutir con Kubala.

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