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Freno y paralización, constantes en Bélgica y Holanda

La situación del sector nuclear en los tres países del Benelux (Bélgica, Holanda y Luxemburgo) se caracteriza por un freno a la expansión, debido a las implicaciones de la crisis económica y la oposición de los movimientos ecológicos. Sin embargo, los expertos centran sus esperanzas en el sector energético de origen nuclear, como única alternativa para los próximos treinta años.La :situación es diferente en Bélgica y Holanda. Los medios nucleares belgas cuentan con menor oposición popular al desarrollo de la energía nuclear. Bélgica tiene un sector energético nuclear que cubre el 5 % de sus necesidades generales y el 21 % de producción eléctrica' lo que da el porcentaje más elevado de Europa.

Holanda, por el contrario, basa su política energética en sus enormes reservas de gas natural. La oposición de los medios ecológicos y las reservas de orden de seguridad, Paralizan toda expansión del átomo, en Holanda.

Luxemburgo no cuenta con ninguna instalación nuclear. Un proyecto mixto con la República Federal de Alemania, para la instalación de una central de una potencia de 1.247 megawatios ha sido aplazado, por el momento, como consecuencia de las reserva! alemanas de continuar la expansión del programa de construcción de centrales hasta que no haya garantías suficientes en el problema común a todos los países: retratamiento y almacenamiento de residuos radiactivos.

Los técnicos nucleares de la Comisión Europea se plantean elproblema de la expansión o no del sector energético de origen nuclear bajo tres aspectos:

- ¿,Es necesario o no continuar el crecimiento de las necesidades de energía? Si la respuesta es afirmativa, a fin de asegurar una continuidad de la expansión económica, no sólo en los países industrializados, sino también en los países en vías de desarrollo, hay que determinar los medios: el carbón no es competítivo, el petróleo cuenta con demasiadas implicaciones políticas, además de los precios, el gas natural tiene su fin; queda, pues, sólo la alternativa nuclear como válida.

Se descartan otras fuentes de energía, como la solar, geotérmica -u otras, que, a lo sumo, podrán servir de fuentes energéticas -complementarias.

Los interrogantes sobre la demanda, el coste de la financiación de programas que, en energía nuclear, necesitan diez años entre el proyecto y la aplicación, así como la pregunta de hacia qué tipo de tecnología nuclear deben orientarse, son los principales dilemas del futuro nuclear en los países del Benelux.

Bélgica: ralentizar el programa nuclear inicial

La sensible disminución de la demanda de energía experimentada en 1974 y 1975, obligó al Gobierno belga a moderar su programa de expansión de energía nuclear a finales de 1976.

Los nuevos objetivos para 1985 corresponderán a una potencia instalada de 5,4 megawatios, contra 7,5 megawatios inicialmente previstos. Existen tres centrales en servicio, dos en construcción y otras dos en cartera de pedido.

Las dimensiones territoriales del Estado belga, 30.500 kilómetros cuadrados (poco menos que Cataluña), crean serias dificultades de instalaciones.

Se suma a ello la intensidad de población por kilómetro cuadrado que es una de las más elevadas de Europa con 321 habitantes, lo que obligaría a la construcción de una isla artificial en pleno Mar del Norte, para ubicar nuevas instalaciones nucleares provecto, oor elmomento, descartado

El abastecimiento en uranio, para los próximos años, Bélgica lo tiene garantizado con contratos a corto plazo con Estados Unidos, Canadá y Africa del Sur. El enriquecimiento queda cubierto por contratos a largo plazo con las sociedades Userda y Eurodif. También se importan pequeñas cantidades de la URSS.

Bélgica participa, al mismo tiempo, en la construcción de reactores regeneradores, en Kalkar (trescientos megawatios) en la República Federal de Alemania, y Super Phenix (1.200 megawatios)en Francia. También se encuentra asociada a grupos internacionales interesados en la realización de reactores de alta temperatura.

El sector energético nuclear belga es privado, dependiendo de dos empresas.

Todos los reactores actualmente en servicio en Bélgica, son del tipo PWR (agua ligera a presión). El más antiguo funciona desde 1966.

Los movimientos de oposición a la energía nuclear, en Bélgica son menos importantes que en otros países europeos, como Francia o la República Federal de Alemania. Sus promotores quieren, sobre todo, un debate público y democrático sobre el futuro de la energía nuclear y garantías de seguridad contra los peligros de radiactividad.

Holanda: paralización total

El movimiento antinuclear en Holanda, es uno de los más ,antiguos de todos los países europeos. La polémica nuclear parece enterrada después de violentas manifestaciones, y el Gobierno fundadas la totalidad de su política energética doméstica e industrial en las enormes reservas de gas natural que cubren el 80 % de las necesidades de energía eléctrica del país.

Sin embargo, se calcula que en 1990, los holandeses sólo podrán contar con una incidencia del 10 % energético, originario del gas natural. Por tanto, la polémica nuclear volverá a plantearse, según los expertos.

Actualmente, Holanda tiene sólo 502 megawatios en funcionamiento, repartidos en dos centrales-, una en Dodewaard, del tipo BWR (agua ligera en ebullición) con una potencia de 52 megawatios, instalada en 1968, y, una segunda en Borsele, del tipo PWR (agua ligera a presión) con una potencia de 450 megawatios, en funcionamiento desde 1973.

Un proyecto mixto con la RFA de instalación de un regenerador en Kalkar, ha sido abandonado ante las protestas de la población y no se cree que se construya ninguna otra central nuclear, antes de 1985. Uno de los principales problemas es la localización, que choca con la oposición pública en todas partes.

A nivel de partidos políticos, el partido pacifista ha sido uno de los protagonistas contra el desarrollo del sector nuclear en Holanda.

Se considera que la polémica nuclear, en Holanda como en todas partes, sólo será superada si se dan garantías de seguridad total. Holanda sigue de cerca los experimentos de la República Federal de Alemania, de retratamiento de resíduo! y de almacenamiento en antiguas minas de sal. Pero este programa ha sufrido grandes retrasos, en primer lugar por las discrepancias entre- el Gobierno y las compañías eléctricas sobre quién debía pagar los costes de esta fase del ciclo de la energía nuclear, calculados en un total de 10.000 millones de marcos, unos 450.000 millones de pesetas, y por otro lado, por la gran oposición que ha creado este proyecto, de ahí que no se esperan resultados hasta dentro de unos anos, por lo que el programa de desarrollo nuclear en Holanda puede considerarse como paralizado por el momento.

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