El planteamiento de los problemas que supone la entrada de España a la CEE está prácticamente sin comenzar
El debate sobre la entrada de España en el Mercado Común no ha hecho más que comenzar. En los próximos años, sobre todo a partir del informe de la Comisión sobre España, que previsiblemente se presentará a finales de 1978, la negociación pormenorizada de la Comunidad y España será tema nacional. Esta es la sensación básica que queda después de finalizar el debate que sobre la entrada de España en el Mercado Común ha organizado EL PAIS durante los dos días pasados.
Uno de los partidos políticos asistentes a la mesa redonda señaló que el tema debe plantearse como debate nacional a nivel de todas las fuerzas políticas. Los españoles no conocen ni lo que significa la Comunidad ni lo que representa. para España la adhesión a la misma.España, una vez dentro de la Comunidad, aparecería como la quinta potencia industrial de los doce países previsiblemente incorporados a ella. Las peticiones de adhesión de Grecia y Portugal, previas a la española, tienen menor significado, ya que su fuerza y papel dentro de la Europa unida no es comparable a la española.
En la sesión de ayer, abreviada en su duración por los problemas planteados por la huelga de los aeropuertos, que condicionó el regreso de los comunitarios a Bruselas, se abordaron los temas de la política industrial energética y social de la Comunidad.
P. SGUARTINI
Dirección General de Industria.
«Política industrial»
La política industrial de la Comunidad Económica Europea no ha existido en la práctica hasta que la crisis iniciada en el año 1973 nos ha obligado a abordar el tema seriamente. En el último año hemos hecho más en este sentido que en los dieciocho anteriores de la vida de la Comunidad. Inicialmente, la filosofía de un mercado abierto sin barreras y el desarrollo continuado no facilitó la consciencia de la necesidad de una política industrial adecuada. Además, los intereses contrapuestos de los distintos países se presentan como dificultad suplementaria.
Sin embargo, la crisis económica última ha supuesto un aldabonazo para la industria europea, tanto en su relación con terctros países como en la que existe entre los distintos países comunitarios.
La primera reacción ante la crisis ha sido la práctica de una política proteccionista y la formulación de otras de apoyo y subvención co munitaria a sectores con problemas. Los ministros de Finanzas, en último aspecto, aunque finalmente, y por motivos de apoyo a una política de empleo, han aprobado subvenciones a sectores tan complicados como el naval, en el que es preciso proceder a su reestructuración de acuerdo con las fuerzas sindicales de los distintos países más directamente afectados en el tema.
Acerca de lo que supondría a la industria europea la incorporación de España a la Comunidad, pregunta planteada por los españoles, los representantes de la Comisión de la CEE señalaron que el,tema no estaba suficientemente estudiado. Finalmente, y también a preguntas españolas que planteaban el problema de una subida al poder de partidos de la izquierda y un proceso nacionalizador en Francia o Italia, los comunitarios insistieron en que el problema no era quién ostentaba la propiedad de los medios, sino la forma de producción.
ROBERT DE BAUW
Dirección General de Asuntos Energéticos. «La política energética»
Sólo a partir de la crisis de 1973 se plantea la necesidad de adoptar una estrategia energética comunitaria, acomodando las políticas de cada uno de los países miembros a unos principios de actuación común.
Los objetivos comunitarios establecidos por la Comisión son básicamente tres:
1. Reducir el consumo, circunscribiéndolo a las necesidades específicas, tanto desde el punto de vista industrial como del de obtención de otros-productos, como la electricidad, y evitando el despilfarro.
2. Reducción de la dependencia exterior, por vía de importación, en las necesidades de suministros, sobre todo, de productos petrolíferos. Desde la situación actual, en que el 64 % de las necesidades comunitarias depende de la importación, se ha previsto que en 1985 quede reducida a sólo el 40 ó 50 %.
3. Desarrollo de técnicas e investigación para la obtención de nuevas fuentes energéticas. Un hito importante en este aspecto es la decisión de iniciar el proyecto JET, para la fusión nuclear, que se ubicará en Inglaterra.
Por otra parte, se intentará Potenciar el aprovechamiento de los recursos propios, coordinar las políticas de suministro y los criterios de precios. Igualmente, se ha fijado la recomendación de que cada país prevea un stock de productos equivalente a las necesidades de, como mínimo, un trimestre. Y se intensificará el diálogo con los países productores y los del Tercer Mundo.
En cuanto al plan energético español, cuyo anteproyecto fue presentado, a los organismos comunitarios por el ministro de Industria, parece adecuado a las necesidades actuales y recoge la mayor parte de las recomendaciones de la Comunidad Económica Europea, dentro de los propósitos anteriormente indicados. Sin embargo, los planes de incremento de la capacidad de refino por parte española parecen inadecuados dentro de un contexto comunitario de producción claramente excedentaria. Actualmente, las refinerías de los nueve trabajan al 60 % de su capacidad productiva, estimándose que globalmente tienen un exceso de potencial de refino del orden de los 140 millones de toneladas anuales.
RICHARD DRAPERIE
Jefe dedirisión de la Dirección General de Asuntos Sociales y Empleo. «La política social y sus aspectos regionales»
Uno de los problemas más importantes con que se enfrenta la política de la Comunidad es la existencia de diferentes estructuras sociales en cada uno de los países. Estas diferenciaciones se acentuarán en el caso de que la CEE se amplíe a doce miembros, por la peculiar estructura social de los tres candidatos.
La política comunitaria abarca dos aspectos diferentes: de un lado, el empleo; de otro, la mejora de las condiciones de trabajo en cada uno de los centros. El primero guarda relación con la corrección de los desajustes de la economía, generadores de paro, mientras el segundo incluye también la atenuación de los desequilibros sectoriales y regionales.
En el caso de que España acceda a la CEE deberá adecuar su política a los criterios comunitarios, especialmente en lo que se refiere a la igualdad salarial, de oportunidades y de condiciones de trabajo del hombre y la mujer, las cuarenta horas semanales de trabajo y las cuatro semanas de vacaciones retribuidas por año.
Deberá estudiarse una fórmula para un régimen provisional de los trabajadores españoles en la CE durante la adhesión.
Conclusiones
En la sesión de clausura, el director de Información de la CEE, Paul Collowald, señaló que el debate para la adhesión de España a la Comunidad no había hecho más que comenzar, por cuanto se hacía necesario un mayor intercambio de información por ambas partes. El dirigente comunitario elogió la actitud española hacia Europa, destacando la aportación que la naciente democracia española podría suponer para la construcción de la nueva idea europea, acaso compensando las nostalgias de los viejos luchadores en pro de la Europa de las ocasiones perdidas.
En cualquier caso, el señor Collowald insistió en las dificultades que la adhesión iba necesariamente a plantear. Dificultades que, no obstante, debían ser superadas en estrecha cooperación, buscando ambas partes los instrumentos más idóneos para que la entrada española en el Mercado Común fuera provechosa, tanto para España como para la Comunidad.
Los representantes comunitarios insistieron, antes de abandonar España, en que el interés unánime de todas las fuerzas políticas, sociales y económicas españolas por consolidar la integración y la buena disposición de los organismos de Bruselas debían necesariamente ser un incentivo decisivo para culminar con éxito las complejas negociaciones.
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