Oliart descarta la intervención del INI en Babcock Wilcox
El ministro de Industria, Alberto Oliart, ha descartado nuevamente la posibilidad de que el Instituto Nacional de Industria (INI) se haga cargo de la empresa Babcock Wilcox, a lo largo de una reunión que mantuvo ayer con los representantes de la empresa.
El señor Oliart, que tuvo que ausentarse de la reunión al cabo de una hora por tener que asistir a la sesión del Senado, apuntó que elevaría un informe al Gobierno sobre el problema de Rabcock.La reunión, a la que asistieron el subsecretario de Industria, señor De Vicente; el vicepresidente del INI, señor Azpilicueta y el vicepresidente ejecutivo de Babcock, señor Millán, fue calificada por los trabajadores de «negativa y tensa», ya que -según ellos- el ministro señaló que en las actuales circunstancias, en que el país tiene trazado un plan de austeridad, la producción de la Babcock está por encima de las necesidades de la nación. Por ello, el ministro señaló que lo que no resultaba posible era apuntalar a todas las empresas que dentro del sector de bienes de equipo están atravesando dificultades producidas por un descenso de productividad y venta, por lo que había que buscar otro tipo de soluciones de compromiso hasta que fuese posible superar la crisis.
Los trabajadores de Babcock informaron que la empresa tenía en proyecto reestructurar el plan de superación de la crisis en unos aspectos que agravaban la situación al añadir a los 2.859 trabajadores afectados por la regulación de jornada, un número no determinado que podrían ser despedidos definitivamente.
Durante la reunión, la comisión de trabajadores de Babcock hizo entrega al ministro de un plan que ha elaborado en el que se analiza la situación, las causas y las alternativas de solución que ellos proponen, consistentes en una intervención total o parcial del Estado en la empresa.
«La crítica situación por la que vienen atravesando los 5.000 trabajadores de la Babcock Wilcox es un hecho concreto más dentro del contexto general de la crisis económica del sistema capitalista en Euskadi, Europa y en el mundo entero.»
En estos términos se expresa el comunicado de ETA militar justificando su atentado a las instalaciones de la factoría Babcock Wilcox, en la noche del miércoles. Esta acción de ETA, que había sido condenada ayer en un comunicado de los trabajadores como «contraria a los intereses de la clase obrera», es defendida por la organización extremista.
«ETA ha actuado militarmente contra esta fase de explotación de la patronal no porque pretenda que la lucha armada sea la fórmula sustitutiva de los combates que la clase trabajadora está llevando a cabo por la conquista de sus intereses de clase, sino porque entendemos que actualmente a la oligarquía dominante hay que atacarla desde todas las perspectivas que ofrece la lucha revolucionaria, una de cuyas expresiones real y actuante en Euskadi, es la acción armada.»
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