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Mañana se reanuda la negociación en el transporte de mercancías

Continuó ayer, por segundo día, la huelga casi total de los 12.000 trabajadores que integran el sector del transporte de mercancías de la provincia de Madrid, en apoyo de sus reivindicaciones económicas y sociales en la negociación del convenio colectivo del sector.

La única novedad reseñable en la segunda jornada del conflicto -cuyos efectos, al menos en lo que hace referencia al abastecimiento de productos alimenticios a la capital, no se han dejado sentir aun- fue la puesta en libertad de los nueve trabajadores detenidos en la jornada anterior, como integrantes de presuntos piquetes de huelga, y el compromiso de reanudar las negociaciones mañana jueves. Este compromiso entre trabajadores y empresarios fue adquirido en el curso de la reunión que ambas partes mantuvieron ayer con el gobernador civil y el delegado de Trabajo.Precisamente en demanda de la inmediata libertad de los detenidos -que según fuentes de los trabajadores integraban comités informativos, no violentos- los huelguistas se constituyeron en asamblea pretendidamente permanente en locales de la AISS, de donde fueron desalojados pacíficamente por la policía en la madrugada de ayer.

Otros dos trabajadores detenidos en la mañana de ayer fueron puestos en libertad poco tiempo qespués. Asimismo, de, los tres despedidos del primer día de huelga, dos de ellos, pertenecientes a la empresa Gruma, fueron readmitidos ayer, según informó a EL PAIS un portavoz de la CSUT.

Ante lo que los mismos huelguistas preven como largo conflicto y para provocar una positiva postura por parte de la patronal, en la tarde de ayer celebraron una asamblea en el colegio de La Paloma, con el fin de buscar nuevas fórmulas de protesta. Los trabajadores decidieron continuar la huelga desestimando la posibilidad de llegar a un arreglo inmediato con la patronal. Asimismo, los huelguistas decidieron celebrar una nueva asamblea mañana a las siete de la tarde.

La huelga, que apoyan todas las centrales -la reticencia mostrada por CC OO motivó que algunos de sus militantes rompiesen públicamente sus carnets-, tiene su origen en la reivindicación obrera de un salario mínimo de 30.000 pesetas (el salario medio en la actualidad es de unas 15.000 pesetas), jornada semanal de cuarenta horas y treinta días de vacaciones, además de pluses de toxicidad, peligrosidad y otras mejoras sociales.

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