Divergencias en el Partido Socialista francés ante las elecciones legislativas
Los comicios legislativos franceses se celebrarán el 12 y el 19 de marzo de 1978 según lo acaba de decidir el Consejo de Ministros. En este momento la mayoría gubernamental continúa enmascarando sus problemas y divisiones gracias a la grave crisis de la Unión de la Izquierda. A las diferencias profundas entre comunistas y socialistas se añaden ahora, una vez más, las que dificultan el entendimiento entre la mayoría mitterrandista del PS y la minoría del Ceres (Centro de Estudios e Investigaciones Socialistas).
Así los litigitos de la derecha. aunque profundos a largo plazo, pasan desapercibidos en apariencia. El Partido Comunista francés (PCF), tras haber explotado el "giro a la derecha de los socialistas» que, según los dirigentes comunistas, ha sido una de las causas fundamentales de la ruptura de negociaciones sobre el programa de gobierno, ha pasado a otra etapa, que consiste en acusar al PS de una especie de «compromiso histórico» sin el PCF. Esta sospecha la había manifestado también el PS respecto de los comunistas.
Paralelamente, el PCF ilustra sus desconfianzas viscerales hacia los socialistas desenterrando entrevistas o reuniones de los hombres del PS con los «diablos» de la derecha. Ayer el diario L'Humanité reveló que pocos días después del fracaso de las negociaciones, varios dirigentes del PS y de los radicales de izquierdas habían cenado con importantes representantes del gran capital. La noticia es cierta, pero se ha sabido que dicha reunión era una más, fijada desde hacía tiempo de las que celebra un club que reúne a políticos y financieros.
Dos estrategias frente a frente
Muchos expertos, incluidos los del Partido Socialista, estiman que los comunistas volverán al redil de la Unión hacia enero, si consideran que su campaña contra el PS no les favorece electoralmente. En espera de esta eventualidad el PS vuelve a vivir una crisis interna consecuencia de la oposición ya tradicional entre la mayoría de Mitterrand y la minoría que dirige Jean Pierre Chevenement (un tercio de los efectivos).Las disensiones, esta vez, proceden precisamente de las estrategias diferentes que cada una de las dos tendencias cree más oportuna para carearse con el PCF e intentar superar la crisis de la Unión. Mitterrand estima que su partido debe dedicarse a preparar las legislativas y, por lo que se refiere al PCF, continuar respondiendo a sus ataques, sin ceder en ningún aspecto. El Ceres, por el contrario, preconiza una estrategia ofensiva, «ya que una actitud de espera por nuestra parte podría interpretarse como un deseo de abandono del Programa Común, por parte de los socialistas, lo cual daría la razón a los comunistas».
Para clarificar la actitud socialista, el Ceres ha propuesto que el PS le haga cuatro nuevas concesiones a los comunistas en materia de nacionalizaciones, en la siderurgia y en el dominio de los beneficios y de la fiscalidad. El «volumen» de tales concesiones no es importante, pero Mitterrand rechaza la idea. Una convención del partido deberá, este fin de semana, elegir entre las dos estrategias.
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