Quince vigilantes jurados controlarán el Centro Argüelles
En un plazo no superior a un mes, el Centro Argüelles estará suficientemente iluminado, contará con vigilantes jurados encargados de mantener el orden público en los patios del centro, según explicaron ayer, en rueda de prensa, miembros de la Asociación de Empresarios del Centro Argüelles.La mayor iluminación y vigilancia nocturna son consideradas por la asociación como garantías suficientes, en principio, para conseguir la pacificación de la zona, formada por más de sesenta bares y seiscientas viviendas.
Los miembros de la asociación explicaron que habían mantenido recientemente una entrevista con el gobernador civil de Madrid, señor Rosón, para solicitar que la vigilancia corriera a cargo de la policía, ya que las alteraciones de orden público se producen en los patios y no en los locales. La respuesta del señor Rosón fue que no disponía de policía para desplazar al centro y que sería mejor que utilizaran guardiasjurados.
El asesor de la asociación señaló que la desventaja de los guardias jurados residía en que éstos tendrían que ser pagados por las comunidades de propietarios del Centro Argüelles y por los empresarios. «En un primer momento consideramos necesario un mínimo de quince guardias. Para ello tenemos que pedir un crédito, a la caja de ahorros de millón y medio de pesetas, cantidad que habrá que pagar en un plazo de ocho años entre vecinos y empresarios.»
Siguen las diferencias con los vecinos
Durante la mañana de hoy, empresarios y vecinos iban a celebrar una reunión en la que se trataría la financiación económica de los guardias jurados, tema en el que cabe la posibilidad de no haber un claro entendimiento entre ambas partes. El presidente de la asociación señaló que la vigilancia y la iluminación podían traer la normalidad a la zona, pero que los vecinos, al «estar básicamente interesados en la desaparición de los bares», podrían negarse a aportar cualquier colaboración.En cuanto a los enfrentamientos, que durante los últimos meses han sido un hecho cotidiano en la zona, los empresarios aseguraron que había habido una notable disminución de la conflictividad.
Finalmente se trató el tema del tráfico de drogas en el centro, como posible raíz de todas las alteraciones que se registran en los patios. La respuesta fue que ellos estaban al margen del tema y que desconocían el hecho de que se traficara. Como raíz de los conflictos señalaron que se trataba de una maniobra tras la que se escondían intereses económicos consistentes en Provocar el cierre de locales para que el precio de venta de éstos disminuyera y se produjera un abandono que posteriormente sería aprovechado por quienes promueven la maniobra. Los empresarios no quisieron explicar sobre quién recaían sus sospechas ni las pruebas que tenían para hacer tal afirmación.
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