El Supremo confirma el triunfo de la candidatura democrática

La sala cuarta del Tribunal Supremo ha ratificado la sentencia de la Audiencia Territorial de Granada, de fecha 10 de diciembre del pasado año, por lo que se confirmaba el resultado de las elecciones para la renovación de media junta de gobierno del Colegio Oficial de Arquitectos de Andalucía oriental, celebradas en el mes de mayo de 1976 y en la que resultó vencedora la candidatura llamada «democrática», encabezada por Luis Felipe Aparicio, frente a la candidatura «continuista» que encabezaba Ricardo Alvarez de Toledo.

El día 20 de mayo del año pasado, efectivamente, la candidatura del arquitecto granadino Luis Felipe Aparicio ganó las elecciones para todos y cada uno de los puestos renovables. Sin embargo, cinco días más tarde, el decano saliente, el malagueño Antonio Luque Navajas, tomó la decisión unilateral de suspender dicho resultado en base a la impugnación presentada por el candidato perdedor y protegido suyo, Ricardo Alvarez de Toledo.Al mismo tiempo, Antonio Luque dio traslado inmediato de su resolución a la Audiencia Territorial de Granada, con lo que evitaba toda posibilidad de arreglar el asunto a nivel interno y ponía inevitablemente por delante mucho meses de trámites judiciales mientras tanto, media junta de edad se hizo cargo del Colegio, encabezada por el arquitecto conservador de la Alhambra, el «camisa vieja» Francisco Prieto-Moreno, responsable personal, entre otros asuntos, del proyecto de construcción de un hotel de superlujo en el parque del carmen de los Mártires

La especulación, al fondo

Como ya se denunció entonces en repetidas ocasiones (véase EL PAIS de 19 de junio y 14 de diciembre de 1976), era toda una serie de intereses privados lo que movía en realidad la impugnación, como una compleja historia de fondo especulativo en la Costa del Sol escondida tras los «defectos de forma en el proceso electoral» alegados por el señor Alvarez de Toledo. El decano saliente, Luque Navajas, era, en efecto, coautor del proyecto del futuro puerto deportivo de Benalmádena, adjudicado a la empresa Benalmádena, SA, cuya presidencia y vicepresidencia estaban ocupadas, respectivamente, por Carlos Pinilla, ex consejero nacional y conocido lugarteniente de Girón y Nicolás Franco y Pascual de Pobil, sobrino del General Franco. El proyecto, sin embargo, había sido repetidamente impugnado por la delegación malagueña del Colegio de Arquitectos, en cuya presidencia figuraba Damian Quero, el arquitecto posteriormente cesado por la Diputación de Málaga de su trabajo como responsable del servicio de urbanismo y ordenación del territorio en aquella provincia.En definitiva, éstas, y no otras, serían las razones que realmente impulsaron al señor Luque a la suspensión del resultado de las elecciones, ya que el nombre de Damián Quero figuraba incluido en la candidatura democrática que había resultado vencedora.

Ya en su día, ante la tramitación de urgencia llevada a cabo por el abogado y hoy senador de UCD por la provincia de Granada, Antonio Jiménez Blanco, el Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España dictaminó la arbitrariedad de la suspensión, que «de ninguna manera debió haberse realizado». Más tarde la propia Audiencia granadina confirmó esta misma decisión, levantando en sentencia firme la suspensión acordada por Antonio Luque y estimando la proclamación de los candidatos triunfantes como «ajustada a derecho», al no apreciar los vicios formales alegados por el candidato perdedor.

Por fin, al cabo de diez meses, con la ratificación de dicha sentencia por parte del Tribunal Supremo, la media junta de edad encabezada por Prieto-Moreno deberá dar paso, sin posibilidad ya de nuevas dilaciones, al equipo de Luis Felipe Aparicio, Damián Quero y el resto de sus compañeros de la candidatura «democrática» .