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Por fin, veinticinco minutos de buen juego madridista en Chamartín

El Madrid por fin jugó bien en su campo. Aunque sólo durante veinticinco minutos, al menos ya es algo para empezar a olvidar tiempos pésimos. El equipo de Molowny, que tardó la mitad del primer tiempo en encontrar el sitio en el campo, se acabó de desconcertar en el segundo. El Athletic, colista de lujo, pues mostró orden y hechuras, tuvo la oportunidad de neutralizar el único gol de Pirri con dos remates a los postes.El partido ya tradicional entre Madrid y Athletic empezó con bajas de hombres y terminó con baja de juego. Si en el Madrid la ausencia de Stielike obligó a Molowny a trastocar sus líneas, en el Bilbao Koldo Aguirre incluso prescindió de Dani de salida. La diferencia, nada más ponerse el balón en juego entre ambos equipos, fue que el visitante no perdió orden, pero el local sí. El Bilbao, que sacó a Guisasola en función de marcaje a Roberto por aquello de la altura, se asentó en la defensa con «pares» de Astrain sobre Santillana y Escalza sobre Juanito.

En el medio del campo Irureta era nuevamente el eje rojiblanco, con el aprovechable Vidal por la izquierda y Tirapu por la derecha. La presencia del típico «media punta» Churruca daba ventaja numérica en la zona al cuadro de Aguirre, al menos para organizar. Su dominio era claro y el Madrid sólo pudo realizar algunos contraataques. En el minuto diecisiete Aitor Aguire abeceó al poste derecho de García Remón. El aviso no podía ser más claro.

Sin embargo, a partir de entonces, el Madrid comenzó a centrarse en el campo, precisamente por el centro. Wolf, con el poyo de Del Bosque, se erigió en ordenador y hasta en tirador de excepción a la menor oportunidad. Pirri, «olvidada» su querencia a «libero», empezó a jugar, de interior izquierda, y el gol, aunque iniciado en una habilidad de Juanito, fue producto lógico del planteamiento táctico. Tirapu, además, no siguió al capitán madridista como hubiese sido preciso.

Hasta el final del primer tiempo el Madrid fue ya dueño y señor del terreno. No importó que en sendos contraataques el Bilbao estuviera a punto de marcar. San José, que salió para marcar a Churruca y volvió a demostrar que debe ser titular, le zancadilleó al borde del área. Guisasola, con su potencia habitual, estrelló el balón nuevamente en la madera. El Madrid, por su parte, también tuvo ocasiones, y eso que Roberto se empezó ya a confirmar en su ineptitud futbolística -para un gran Madrid- y sólo los ataques blancos tuvieron el apoyo de la habilidad de Juanito, en la delantera. Pero Wolf pudo claramente más que, Irureta, Del Bosque que Vidal y Pirri que Tirapu.

En la segunda parte Aguirre sacó a Dan¡ por el apagado Churruca y los dispositivos tácticos, cambiaron. Pirri volvió a ser hombre libre en lugar de Sol, que pasó a marcar a Amorrortu. Camacho cubrió a Dan¡ y San José a Tirapu. La ventaja ahora ya no fue para ningún equipo. Los dos jugaron mal y sólo el Madrid tuvo dos ocasiones de Juanito y Santillana al principio. El colmo del desbarajuste vino con la sustitución de Del Bosque por Vitoria. Menos mal que Aitor se lesionó por un golpe de Camacho y el Bilbao tuvo que cambiar sus peones una vez más. Salió Villar al centro del camp o y se adelantó Vidal por la izquierda.

En la improvisación final llevó ventaja también el Athletic, que rondó el empate. El Madrid estaba roto en esos momentos e Irureta casi logró el gol en dos jugadas. Cuando se pitó el final descansó la hinchada. Había visto bien a su equipo, pero casi en un espejismo.

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