"Hay que abrir El Capricho cuanto antes"
La situación actual del parque El Capricho, en la Alameda de Osuna, cerrado al uso público y en estado de abandono y degradación, ha sido abordada por diferentes entidades ecológicas y urbanísticas en un estudio sobre sus condiciones naturales y, ante todo, la posibilidad inmediata de que se abra al público.Eduardo Merigó, subsecretario de Ordenación Territorial, declaró hace unos días a EL PAIS la intención del Ministerio de Obras Públicas y Urbanismo, de poner a disposición de los madrileños el monte de El Pardo y el parque El Capricho.
En una nota firmada por Adelpha (Asociación de Defensa Ecológica y del Patrimonio Histórico Artístico), GATO (Grupo Abierto de Ordenación del Territorio), Aepden (Asociación para el Estudio y Protección de la Naturaleza) y AFAO (Asociación Familiar de la Alameda de Osuna), se insiste en la gravedad del hecho, de que el parque de la Alameda de Osuna no cumpla la función de uso público inherente a su condición de bien de propiedad municipal, declarado Jardín Artístico, por orden de 20 de octubre de 1934.
« Consideramos anticultural y antisocial, señala la nota, tanto que el parque permanezca en sus actuales circunstancia como que, realizada la restauración prevista por el Ayuntamiento, se abra sólo a titulo de recinto museístico. En contra de tan restrictivo criterio, hay que señalar que la utilización pública del parque no obsta, en modo alguno, a su protección monumerital y a la potenciación de sus valores culturales.» «El destino del parque, de unas catorce hectáreas, debe responder a su condición de monumento nacional y, por tanto, recibir el tratamiento y uso adecuados pues constituye un destacado jardín de comienzos del siglo XIX, muestra del último neoclasicismo romántico, junto con el laberinto del Norte, en Barcelona, y el jardín de Monforte, en Valencia.».
El conjunto íntegro del lugar y antigua finca denominada Alameda de Osuna, de una superficie, aproximada, de cincuenta hectáreas, que rodea El Capricho, forma una unidad histórica y natural desde el punto de vista ecológico y paisajístico, plagada de restos arqueológicos, edificios de valor histórico-artístico y ejemplares arbóreos notables, «que no deben sucumbir al afán devorador de las inmobiliarias que ya han hecho presa en una cuarta parte de este conjunto para la construcción de lujosísimos chalets».
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