Juventudes Comunistas: "Volveríamos a fusionarnos con los socialistas"
Durante la II República española se produjo el fenómeno, insólito en la izquierda europea, de la fusión de las juventudes socialistas y comunistas españolas, para dar lugar a las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU), la mitad de cuyos militantes se Integró en el PCE, en 1936, cuando Santiago Carrillo, entonces secretario general de las JSU, se pasó a este partido. Ahora, la Unión de Juventudes Comunistas de España (UJCE) se muestra interesada en unir de nuevo las corrientes juveniles socialista y comunista,. según las palabras de su secretario general, Doménec Martínez, de veintiocho años, administrativo, militante del PCE. Ha sido tres veces detenido, y dos de ellas procesado.
EL PAIS. ¿La UJCE es una organización del PCE?Doménec Martínez. Yo definiría a ambas organizaciones como miembros de una misma familia, y por tanto con una vinculación real. No en vano la UJCE nace por decisión del comité central del PCE, en 1962. Pero en el transcurso de este tiempo, la UJCE ha creado sus propias estructuras y llegado a la elaboración de su propia política para la juventud.
E. P. ¿En cierto modo, la UJCE es un ala izquierda del PCE?
D. M. Yo no lo diría así, aunque sí pensamos que en la UJCE se desarrollan de forma más directa los elementos críticos propios de la juventud, que es un sector por su propia naturaleza más avanzado.
Pero tampoco nos vemos como factor crítico, específicamente. Simplemente, somos una organización dedicada a los problemas de la juventud, aplicando la política del PCE.
E. P. ¿Cómo contemplan el problema de la regulación de los derechos, constitucionales o no, de la juventud?
D. M. Desde el momento que existe uria discriminación contra la juventud, es preciso desarrollar unas líneas de gobierno adecuadas a ella. Por eso es necesario el reconocimiento de las organizaciones y movimientos de la juventud, el voto y la mayoría de edad a los dieciocho años, y el avanzar, por otra parte, en la presentación de un anteproyecto de política de Gobierno que abunde en problemas gravísimos que afectan a la juventud, para cuya solución es absolutamente imprescindible arbitrar canales de participación de la juventud.
Respecto al paro juvenil, es preciso realizar una política de gratuidad de la enseñanza, real, hasta los dieciséis años, crear escuelas de formación profesional que permitan seguir estudios a los jóvenes que no puedan trabajar, y en tercer lugar, invertir en el campo para que la juventud pueda permanecer en estas zonas. Y, además, que el subsidio de paro alcance a todos los jóvenes que en edad de trabajar no encuentran empleo.
Dentro de esta política, otras propuestas fundamentales son la revisión del contenido de la enseñanza a todos los niveles y la participación de todos los sectores en el gobierno de la educación.
Y en un tercer bloque, la articulación política municipal que permita a la juventud encontrar formas de participación, y al mismo tiempo, gestionar los recursos destinados a los jóvenes.
En esa misma línea trabajamos en un proyecto de alternativa a nivel estatal, que vendría a ser en suma como una separación de una rama de la Administración que fuera específicamente dedicada a la juventud. Esta propuesta, que hará suya la representación parlamentaria comunista, podría ser una base de discusión para articular propuestas válidas para la juventud de forma unitaria.
E. P. ¿Cómo están las relaciones de UJCE con otras fuerzas?
D. M. Desde el 15 de junio hay que plantearse las relaciones entre fuerzas políticas juveniles a otro nivel, en una línea superadora de la circunscripción a las vanguardias más politizadas, para encontrar pautas de coincidencia con sectores más amplios.
Este tipo de iniciativas debe entenderse en dos planos. Primero, en el de la coincidencia entre organizaciones políticas juveniles que están por una vía específica al socialismo, en las que es imprescindible identificar intereses, y también con otras organizaciones democráticas que, sin pronunciarse por el socialismo, pueden tener puntos de coincidencia en la lucha por los intereses inmediatos de la juventud. En segundo lugar, en este proceso deben cobrar mayor protagonismo los movimientos juveniles de carácter social, recreativo, cultural, etcétera, que pueden jugar un papel esencial en la tarea de ir más allá del mero marco político.
E. P. En esta misma línea, ¿está interesada la UJCE en la repetición del fenómeno de las Juventudes Socialistas Unificadas?
D. M. Sí, estamos interesados, en cuanto la experiencia de las JSU es única en el movimiento político juvenil europeo, pues se logró una sola opción socialista juvenil, lo que permitió la consecución de una verdadera organización de masas de la juventud, que llegó al medio millón de afiliados. Aunque las condiciones históricas hoy son diferentes, la posibilidad de una vía democrática al socialismo abre hoy la puerta a una convergencia socialista-comunista de la juventud.
Para ello sería necesario superar todos los condicionamientos históricos de ambas corrientes, que nada tienen que ver con los nuevos ideales de los jóvenes en nuestro país, y después sentar unas bases de unidad estrecha en el trabajo concreto, entre ambas organizaciones. Finalmente, en este proyecto de un gran movimiento juvenil por el socialismo no quedarían excluidas otras organizaciones progresistas que hoy tienen una presencia en nuestro país.
E. P. ¿Cómo se sitúan ante la reconsideración global que la juventud está haciendo de la moral y la cultura de los mayores?
D. M. Hacemos nuestros estos nuevos planteamientos de vida y comunicación que tienden a crear una nueva cultura, y pensamos que su potenciamiento puede contribuir a dar un nuevo contenido y una nueva imagen al socialismo en nuestro país.
En el terreno concreto de ciertas vías que se pueden dar como válidas a la juventud, como, por ejemplo, el consumo de drogas, pensamos que hay un intento del sistema de fomentar este tipo de actitudes, por un lado con afán de lucro y por otro como intento ideológico de aislacionismo de los jóvenes y barrera de contención de las ideas del socialismo.
No hay para nosotros ningún problema en que se despenalice todo ese tipo de droga menor que puede tener el mismo carácter perjudicial que el tabaco o el alcohol, pero fundamentalmente enmarcamos nuestra tarea en combatir este tipo de ideología o actitud social, denunciando por una parte el lucro que se esconde detrás, y por otra la alienación o acriticismo que produce en esos individuos.
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