El Rayo, debutante, tendrá que luchar contra su inexperiencia
Por primera vez en su historia, el Rayo Vallecano jugará la próxima temporada en la División de honor del fútbol español. En principio, las posibilidades del popular equipo madrileño no parecen excesivas. Las aspiraciones se reducen a lograr la permanencia, tarea que no va a resultar sencilla. Con un presupuesto cercano a los cien millones, y con una fuerte base en su afición, el Rayo afrontará con ilusión esta nueva etapa que tiene como meta consolidar al equipo en Primera.
Pocos auguraban el éxito alcanzado el pasado año por el Rayo. La propia directiva del club se había trazado el objetivo del ascenso a tres años vista. Las lamentables secuelas del forzado «exilio» por Vallehermoso, dura etapa de cuatro años que el Rayo superó con indudables dificultades, hacían suponer, primero, una etapa de recuperación, tanto a nivel económico, como, incluso, de captación de aficionados, que en buena parte desertaron esos años del equipo.Sin embargo, el equipo, preparado por el eficaz García Verdugo, fue sumando puntos jornada tras jornada hasta situarse en posición de ascenso. Algunos problemas con los jugadores estuvieron a punto de impedir el logro que, finalmente, se alcanzó en el último encuentro de Liga.
Pasada la euforia del ascenso, directiva -encabezada por Marcelino Gil, vencedor sin oposición real en su único rival en las elecciones pasadas-, jugadores y afición han de poner los pies en el suelo y enfocar la campaña en Primera conscientes de las limitaciones del club.
El presupuesto se ha elevado a 97 millones y medio de pesetas, cifra considerable respecto a años precedentes. No hay que olvidar el déficit que arrastra todavía el Rayo, unos veinte millones, de su paso por Vallehermoso, déficit que no se logró paliar el año pasado, pese al éxito deportivo.
En el plano económico existe, pese a todo, una absoluta confianza en saldar positivamente esta nueva etapa. 6.800 socios cuenta en la actualidad el Rayo, cifra que se pretende incrementar hasta un máximo de 8.000. Los socios pagan doscientas pesetas al mes, cantidad que subirá a 250 a partir del día 1 de enero. Además, los nuevos pagan como cuota de inscripción mil pesetas. Cantidades ajustadas a la base popular que sigue al Rayo en Vallecas.
Landáburu, fichaje más caro del club
La plantilla es, prácticamente, la misma del pasado año. La consistencia de su línea zaguera es la base en la que se sustenta el pilar del equipo. Alcázar, Anero, Uceda, Tanco y Luna, forman una zaga compacta y excelentemente compenetrada que permanece unida y constituirá, sin duda, la mejorarma con la que contará el nuevo entrenador Héctor Núñez.
Hasta él momento, el Rayo ha efectuado tres fichajes; el primero fue el meta Hierro, procedente del Almería que, en principio, no parece contar para la titularidad, reservada a Alcázar. El segundo fichaje fue el del goleador extremo del Getafe. Por último, el vallisoletano Landáburu, el fichaje más caro en la historia del club. Dieciséis millones de pesetas costó la operación, aunque los veintidós años del jugador parecen una buena inversión.
En Landáburu están cifradas muchas de las esperanzas de los aficionados rayistas.
La plantilla, hasta el momento queda así: Porteros: Alcázar, Hierro y Angelín. Defensas: Anero, Uceda, Tanco, Luna, José María, Manolito, Nieto y Serrano. Centrocampistas: Felines, Fermín, Francisco, Guzmán, Rial, Raúl Díaz y Landáburu. Delanteros: Salazar, González (argentino), Alvarito, Lastra (juvenil) y Potele.
Tampoco se descarta la posibilidad de alguna otra incorporacion, en especial un defensa y un delantero rompedor. En ello andan los dirigentes rayistas que intentarán, además, hacerse con los servicios de algunos jugadores del Madrid y del Atlético, que refuercen aún más al equipo. El Rayo es una de las incógnitas en Primera.
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