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Los etarras extrañados desmienten negociaciones con el Gobierno

Fuentes políticas vascas aseguran que el conflicto suscitado por la presencia clandestina en Euskadi de los extrañados puede resolverse en breve plazo para cinco de ellos.Al respecto existe la posibilidad de legalizar la situación de aquellos que no tienen una condena en firme mediante un mecanismo similar al que se siguió con Santiago Carrillo.

Según este procedimiento, los cinco extrañados que residen en el País Vasco y que no tienen una anterior sentencia judicial condenatoria -Múgica Arregui, Achega, Menchakatorre, Aldalur y Egaña- deberían presentarse ante un juez, pero existe la posibilidad de que no puedan ser procesados por quebrantamiento de condena, dado que no existe sentencia condenatoria.

La situación de los seis condenados en el consejo de guerra de Burgos, incluido Larena, aparece complicada por la ley de indulto de 1870, según la cual el quebrantamiento de condena conlleva el cumplimiento de los veinte años de prisión que todavía tenían pendientes en el momento de ser indultados. La posición del Gobierno respecto a ellos sería la de esperar a que las Cortes aprueben una ley de amnistía que termine de una vez con el tema de los presos políticos. Otras fuentes políticas aseguran también, por su parte, que en la propuesta gubernamental de resolver este asunto podrían entrar aquellos que tienen condena en firme, extremo este que no ha podido ser confirmado. De todos modos, y al no existir en el caso de cinco de ellos una sentencia judicial, parece claro que se puede obviar la aplicación de la ley de indulto de 1870.

Todo ello no significa, sin embargo, que los extrañados conozcan y hayan aceptado esta proposición.

Su decisión de no entregarse ante el juez ha sido, por otra parte, duramente criticada por algunos sectores de la izquierda abertzale más intransigente, que les califica de pactistas y de haber renunciado a la lucha. En este sentido, ha recogido el diario bilbaíno Deia unas declaraciones del abogado Iñaki Esnaola, encuadrado en las filas de HASI (Partido Popular Socialista Revolucionario).

Los diez extrañados hicieron público ayer un comunicado en relación con estas declaraciones a las que califican de «alucinantes», al tiempo que desmienten cualquier negociación o pacto entre ellos y el Gobierno español. En contra de las fuentes políticas que hemos citado al comienzo de esta información, ellos aseguran que cualquier propuesta gubernamental la conocerían de inmediato, dadas las reuniones que celebran entre ellos periódicamente.

Su decisión de no entregarse a las autoridades tras la detención de Larena señalan que ha sido suficientemente explicada y comprendida por el propio detenido, sin que ello signifique ningún cambio de estrategia. Tal como lo dijeron en su presentación de Durango, mantienen que el único veredicto válido para ellos es el del pueblo vasco, a cuya lucha trataron de sumarse cuando decidieron regresar a Euskadi. El no haber prodigado sus presentaciones en público se debe, según sus propias palabras, a que no tratan de perseguir ningún protagonismo y a que han pretendido únicamente sumarse a las iniciativas populares como unos luchadores más.

Xabier Larena, por su parte, ha hecho llegar hasta sus vecinos de Santurce una cinta magnetofónica grabada en la cárcel en la que dice, entre otras cosas, lo siguiente: «Unicamente confiamos en vuestra ayuda, en vuestro combate para salir de la cárcel. »

Este comunicado, suscrito por otros tres presos políticos de esta localidad vizcaína, insiste en que es el pueblo trabajador vasco el que puede conseguir la liberación de los presos, la vuelta de los exiliados y la anulación de los extrañamientos.

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