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Repercusiones para España del tercer plan económico argelino

Depende de las orientaciones del próximo plan de la economía argelina la posibilidad de que la crítica economía española encuentre un mercado comprador de la importancia que reviste el de uno de los principales países petroleros lanzado en un proceso forzado de industrialización.

Según las opiniones que se pueden recoger en Argel, la discusión del plan económico va a tener una importancia mayor que la de los dos anteriores cuatrienales y la del primer plan trienal. La razón principal estriba en que este tercer plan entrará en funciones después que ha sido adoptada por casi unanimidad la «Carta Nacional», considerado como documento clave de las orientaciones político-económicas de Argelia. Y por otra parte, este plan se va a discutir unos meses después de que Bumedien haya formado el nuevo Gobierno, considerado como el Gobierno de la «eficiencia en la gestión económica».

Todavía no existen orientaciones definidas en cuanto al proyecto de plan en sí mismo, pero se cree que la batalla por determinar las proporciones en que las diversas ramas de la economía argelina se van a repartir el presupuesto nacional, va a ser muy dura. Si se mantiene la misma estructura general de inversiones que en el plan precedente, la industria pesada (petroquímica, eléctrica, siderúrgica, etcétera), se llevaría la parte del león, con más deI 40 % del presupuesto. Por supuesto que entre los grandes clientes que alimentan estos gigantes industriales no se encuentra España, sino más bien las grandes industrias europeas, norteamericanas y japonesas aunque España tiene una parte no despreciable en el gas natural.

Industria ligera y media

En cambio, si la industria mediana y ligera consigue aumentar ostensiblemente su cuota en el presupuesto que es lo que se considera más probable las relaciones económicas entre Argelia y España podrían verse incrementadas considerablemente. En este dominio se encuentra un gran sector de la industria manufacturera, textil, de materiales de construcción y también de transformación de productos agrícolas.

En Argel se piensa que existen dos factores que harían posible esta última hipótesis. Por un lado, la discusión del plan en si, para la cual convergen, por una parte, la orientación del nuevo Gobierno de Bumedien, y la propia estructura económica argelina, que exige ciertas medidas para reequilibrar la balanza industria pesada-industria ligera—agricultura. La «Carta Nacional» avalaría esta orientación más pronunciada para la industria media y ligera, que dependería más de las regiones, que se llaman aquí wilayas, y de los municipios, llamados comunas.

Factores políticos

El otro factor, que se le da una importancia creciente, y que en determinados momentos de los meses pasados ha tenido puntos críticos muy importantes, es el de las relaciones políticas entre España y Argelia. No cabe duda que las consecuencias del «pacto de Madrid», de las actuales relaciones entre España y Marruecos, principalmente, inciden claramente en las relaciones económicas entre ambos países. Política interior y política exterior adquieren aquí una dimensión convergente. El futuro de estas relaciones, que pueden ser muy beneficiosas para ambas naciones, dependerá —es lo que se comenta abiertamente en los medios oficiosos argelinos— del realismo político del nuevo Gobierno español de Suárez, que deberá afrontar sin rodeos el difícil problema del Sahara Occidental. Política y economía forman una solo cuerpo en este país norteafricano.

Argelia forma con Libia y Marruecos el conjunto (le países con relaciones comerciales más intensas con España. Fu el primer semestre del año presente. Argelia ha comprado en España productos por valor de 10.000 millones de pesetas, frente a unas exportaciones de 5.500 millones. Para próximos años, en que entrarán en vigor los suministros de gas argelino a Enagas, el comercio hispano-argelino tendrá un vuelco a favor del país norteafricano que España tendrá que compensar.

Para España, Argelia es un cliente y un suministrador importante. Además de ser abastecedor de la mayor parte del gas natural que importamos en este momento, Argelia está desarrollando conjuntamente con empresas españolas investigaciones de petróleo en el Sahara.

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