Hasta diciembre no se planteará la revisión del precio del petróleo

Los trece ministros de Energía de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) iniciaron ayer su 49 conferencia ordinaria en Sallttsjoebaden, cerca de Estocolmo, en medio de grandes medidas de seguridad. Esta reunión, que durará dos días, va a estar dedicada a temas generales sobre la energía, ya que no se espera que los Estados miembros de la OPEP piensen en una nueva subida del precio de los crudos para 1978 hasta el mes de diciembre. En la presente reunión sí puede ser sancionada, de manera oficial, la unificación del precio del petróleo, una vez que la Arabia Saudita, primer productor mundial, decidió el pasado mes aumentarlo en un 5%, poniéndose así al mismo nivel que otros países exportadores que ya lo habían aumentado en un 10% en la reunión de Doha, celebrada en diciembre de 1976. Desde el pasado 1 de julio, el precio ha quedado establecido en 12,70 dólares por barril.El petróleo, materia prima de numerosos productos básicos en nuestra sociedad, es, actualmente, la principal fuente energética, aportando el 50% de la energía total producida en el mundo y el 69% de la que se produce en España.

La importancia del petróleo en nuestra civilización occidental no está proporcionada con las reservas del mismo ni con su distribución. Los expertos calculan que un consumo continuado, similar al de 1976, agotaría las reservas mundiales en unos 80-110 años. Si a este cálculo añadimos los índices de crecimiento de consumo de petróleo que se registran año tras año, vemos que el agotamiento de las reservas está aún más cercano. (Ver cuadro número 1.)

Los trece países exportadores de petróleo que integran la OPEP controlan el 85% de la producción petrolífera del mundo occidental, excluyendo Norteamérica. Fue a partir de 1973 cuando los países de la OPEP decidieron que el precio del petróleo no debía estar en relación con los costos de producción sino que debía considerarse un instrumento para la consecución de un nuevo orden económico mundial. (Ver cuadro número 2.)

Esta política de la OPEP originó la llamada «crisis energética» que afectó principalmente a los países europeos y Japón.

La energía en España

En 1975. España, con un total de 42.299 millones de toneladas, ocupó el sexto lugar de Europa Occidental en lo que se refiere a importaciones de crudos de petróleo, siendo aventajada por Francia, Italia. Alemania Federal. Gran Bretaña y Holanda. (Sobre la procedencia del petróleo consumido por nuestro país, ver cuadro número 3.)La política económica seguida por nuestros Gobiernos en los últimos quince años ha sido la de propiciar del consumo de energía, ¡legando incluso al despilfarro. Un dato orientativo podría ser el hecho de que en 1975 tres empresas españolas: Hidroeléctrica, Iberduero y Fecsa, todas ellas productoras de electricidad, figuraban a la cabeza de la lista de las cincuenta empresas europeas más rentables.

Casi el 70% de la energía producida en España procede del petróleo. El aumento de los precios de este crudo ha motivado que el Plan Energético Nacional 1975-1985 intentara reducir el consumo de este producto aumenta la producción de energía eléctrica de origen nuclear. (Ver cuadro número 4.)

Este proyecto del Gobierno español de sustituir progresivamente el petróleo por el uranio en la obtención de energía eléctrica, contrasta con el programa energético de Carter para Estados Unidos. (Cuadro número 5.)

Restricciones norteamericanas

En un análisis porcentual, si el plan español prevé pasar de un 2% a un 23% de energía de origen nuclear, el plan Carter lo hará del 5% al 8% (cuadro número 5). La oposición del actual presidente de USA a la proliferación de las centrales nucleares productoras de plutonio y con ello del armamento nuclear, podría ser un serio obstáculo para los planes del Gobierno español.Por otro lado, la gran oposición popular a una tecnología peligrosa e importada, debería traducirse en una inmediata revisión del Plan Energético, máxime si se tiene en cuenta que las previsiones energéticas del mismo están hechas en base a un crecimiento del PNB entre el 6 y el 7%, y que el PNB en 1975 alcanzó el 1,5%, en 1976 el 2% y la previsión para 1977 no supera el 3%. Si se reducen estas previsiones es de suponer que se haga disminuyendo el porcentaje previsto para la energía de origen nuclear. No se puede olvidar que la compra de crudos de petróleo en 1976 ha estado fijada en torno a los 300.000 millones de pesetas, en tanto que la inversión en equipos nucleares extranjeros viene a representar un billón doscientos mil millones de pesetas, exactamente el equivalente a cuatro años de las compras efectuadas en 1976.

Otros factores a tener en cuenta serían la puesta en práctica de un auténtico plan de ahorro energético, así como el apoyo total al desarrollo de la tecnología de la energía solar, de la que España, por sus condiciones climatológicas, puede obtener grandes resultados.