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El limite máximo de la devaluación se sitúa en el 20 por ciento

La devaluación de la peseta constituye la primera medida del programa que el Gobierno quiere poner en vigor para enfrentarse a la grave situación por la que atraviesa la economía española. Dada la actual política internacional de cambios, la devaluación adopta la forma de modificación a la baja -depreciación- del tipo de cambio de la peseta. Aunque-el Gobierno no ha hecho público en el momento de cerrar esta edición el porcentaje de la depreciación EL PAIS ha podido saber que se pretende que no pase del 20% aunque se dejará hasta ese margen que el mercado señale la cotización más real de la moneda española.

En los programas económicos de la Unión de Centro Democrático -preparado por Fernández Ordóñez- y del profesor Fuentes Quintana, la modificación del tipo de cambio de la peseta, para que se ajustara con mayor realismo a la situación del mercado, constituía una medida urgente y necesaria.El Gobierno, después de múltiples reuniones en estos últimos días, de su equipo económico, ha decidido que la depreciación sea la primera medida del programa y se ha adoptado con carácter inmediato para evitar que la ola de especualaciones dañara aún más a nuestra débil moneda.Ayer el mercado de cambios permaneció cerrado para permitir que la medida depreciatoria fuera contemplada por el Consejo de Ministros. Hoy el gobernador del Banco de España convocará a la prensa, una vez cerrada la sesión del mercado de divisas, para explicar el alcance y contenido de la medida.

Inicialmente parece que el Banco de España saldrá con un precio de intervención superior al del cierre del pasado viernes en más de un 10%. A lo largo de la jornada se espera que este tipo se modifique para permitir la fijación del tipo más realista.

Los efectos inmediatos de la depreciación tendrán un carácter inflacionista ya que al aumentar los precios de compra en el exterior, sobre todo en el caso del petróleo, los precios interiores tendrán que experimentar un aumento similar. Las próximas medidas del Gobierno sobre el« arancel y sobre la política de importaciones y de ahorro de energía tendrán que corregir, en parte, este efecto inflacionista de la depreciación.

En sentido contrario, las exportaciones se verán favorecidas al presentar en el exterior un precio más ajustado.

Conviene destacar que los protagonistas de la presente devaluación lo fueron en buena medida de la de 1967, calificada posteriormente de eficaz, y del plan de 1959 que orquestaron Navarro Rubio y Alberto Ullastres. Enrique Fuentes Quintana, Angel Rojo, Manuel Varela, Carlos Bustelo, entre otros, todos ellos técnicos comerciales, tomaron parte en las decisiones de entonces. Ahora, al menos los dos primeros y el cuarto (Varela rechazó el ofrecimiento de la cartera de Comercio) han tenido máxima responsabilidad en la decisión

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