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Reportaje:

La democracia obliga a hacer mudanzas

De momento la Moncloa se configura como la segunda gran zona ministerial de la democracia española. Los nuevos ministerios, en la zona de la avenida del Generalísimo pudieran ser símbolo -incluso con su arquitectura- de la situación pasada. El cambio de Presidencia al palacete de la Moncloa y la posterior ocupación de otros edificios contiguos para fines administrativos han hecho de aquella zona un gran bloque político.Desde esta semana, además del presidente del Gobierno, y del vicepresidente primero para Asuntos de la Defensa, que, como el anterior, tiene allí su despacho y la residencia oficial, están los despachos del vicepresidente tercero para Asuntos Políticos, Fernando Abril Martorell; el del ministro de la Presidencia, José Manuel Otero, y los de los ministros adjuntos para las Relaciones con las Regiones y con las Cortes, Manuel Clavero e Ignacio Camuñas.

La vicepresidencia política y los dos últimos ministros no parecen plantear grandes problemas, puesto que se trata de ministerios sin cartera, con una infraestructura administrativa reducida y, en consecuencia, no plantean problemas de espacio.

El Ministerio de Defensa, en cambio, no ha resuelto su situación. Por una parte hay que esperar a conocer su organigrama definitivo y, por otra, nada se ha decidido sobre el destino final de tres importantes edificios, situados en zonas céntricas de Madrid que albergaban hasta ahora los Ministerios del Ejército, Marina y Aire. Es posible que los servicios administrativos dedicados a cada una de las tres armas sigan alojados en sus actuales destinos y la cabeza organizativa permanezca en la zona de la Moncloa, donde está instalado el teniente general Gutiérrez Mellado.

Cambian los nombres

Cuatro departamentos han sufrido cambios en su denominación junto con modificaciones en sus respectivas competencias: Así el Ministerio de la Gobernación pasa a denominarse del Interior, cediendo sus competencias sobre dos grandes bloques, la sanidad y las comúnicaciónes. El edificio de la calle Amador de los Ríos tiene ya su nuevo rótulo con la denominación actual pero es que, además, las instalasiones se desdoblan, de forma que el edificio de Castellana, 5, donde estuvieron alojados durante muchos años. las dependencias del llamado Servicio de Documentación -información y espionaje interior para explicarlo rápidamente y que recientemente fue remozado, acogerá desde hoy mismo -ayer tarde comenzó el trasiego de enseres- el despacho del ministro, Rodolfo Martín Villa, su secretaría, el gabinete técnico del Ministerio y el gabinete de prensa. El resto de los servicios del Ministerio permanecen en la antigua sede.

El Ministerio de Industria se ha transformado en Industria y Energía. Aquí no parece que se planteen problemas especiales, como no sea la ampliación del departamento para esa nueva competencia sobre. los aspectos energéticos.

Comercio y Turismo -antes sólo Comercio- están en situación parecida al anterior, con la gran diferencia de que el gran bloque de funcionarios y personal destinados a los menesteres turísticos quedan, por el momento, en el gran edificio que alojaba las instalaciones del Ministerio de Información y Turismo en la avenida del Generalísimo.

Este es otro de los ministerios que se ha apresurado en cambiar su denominación y sobre la fachada principal luce ya un espléndido rótulo: Ministerio de Cultura y Bienestar. Su titular, Pío Cabanillas, deberá afrontar también la estructuración de este departamento que recoge parte de las competencias que antes descansaban en el de Educación y Ciencia y otras que surgirán, sin precedentes inmediatos, a la vida administrativa.

Teóricamente, el departamento peor parado es el recién creado de Sanidad y Seguridad Social. Funcionalmente no parece que haya grandes problemas, puesto que la Dirección General de Sanidad y la Subsecretaría de la Seguridad Social, dependientes hasta ahora de los Ministerios de la Gobernación y Trabajo, respectivamente, nutrirán, fundamentalmente, el nuevo departamento. Provisionalmente, el ministro, Enrique Sánchez de León, se ha instalado en la planta sexta del Ministerio de Trabajo.

Ayer mismo intentamos entrevistarle, pero buena parte de la tarde la pasó en el palacio de la Moncloa despachando con el presidente, con quien, sin duda, abordaría alguno de estos problemas. A título de posibilidad se ha indicado que el edificio de Alcalá, 44, donde estuvo alojada la Secretaría General del Movimiento, podría acoger, de momento, parte de los, servicios del nuevo ministerio.

En el Ministerio de Trabajo no hay cambios, pero sí inquietudes. Ayer mismo por la mañana, el miministro, Manuel Jiménez de Parga, se reunió con funcionarios del departamento.

-Les he asegurado -nos dijo- que aquí no hay cambios y que, por tanto, no hay motivo para intranquilizarse. Es lógico -añadió- que cuando se habla de reforma administrativa, los funcionarios se inquieten por su porvenir, pero yo me atrevo a asegurar que, por lo que respecta a este departamento, todo sigue igual. Los«problemas que surgen con la aparición de nuevos ministerios y el cambio de competencias de unos a otros serán estudiados por la comisión interministerial que se ha creado. En todo caso -concluyó- parte de estos asunto! se tratarán en la primera reunión del Gabinete que, como se sabe, tendrá lugar el lunes.

Edificios que se vacían

Otro de los edificios que se vacían es el de la Organización Sindical. De momento siguen allí sus instalaciones y los funcionarios correspondientes, pero, se da por supuesto que, al igual que los del Movimiento, tendrán que soportar los cambios de la nueva situación, con la adscripción a los organismos autónomos que se han creado.

Todo este panorama supone, desde luego, una cierta paralización administrativa en muchos departamentos. A la tradicional lentitud burocrática se une esta vez el descanso veraniego y la situación de incertidumbre sobre la definitiva organización de los departamentos e incluso su emplazamiento físico. El trasiego de instalaciones, mobiliario y personas seguirá, con toda probabilidad, durante los próximos meses y algunas opiniones optimistas calculan que para Navidad puede estar casi en perfecto orden el tinglado.

Los más identificados con la situación aseguran que los trastornos serán mínimos porque buena parte de los organismos que pasan, a uno u otro departamento venían funcionando en sus propias sedes y pueden seguir haciéndolo, sin ningún problema, con independencia de donde se ubique la cabeza rectora.

Pero no sólo los ministerios sufren las consecuencias de la remodelación. Otros altos organismos, como las Cortes, con el edificio anexo todavía en obras, parecen incapaces para albergar con la comodidad necesaria a los nuevos inquilinos del Congreso y el Senado.

De momento alguien ha pedido que el antiguo palacio del Senado, en la plaza de la Marina Española, donde ha venido funcionando el Consejo Nacional del Movimiento, se restituya a sus tradicionales funciones y acoja a la Cámara alta. Lo que no está claro es si los peticionarios han advertido que el Consejo Nacional del Movimiento no ha desaparecido, como tal organismo, por más que no esté clara ni su exacta significación jurídica ni la situación de sus miembros ... Al fin y al cabo quedan cosas por cambiar y trasiegos por llevar a cabo.

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