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El Credit Suisse mantendrá el dividendo a los accionistas

El affaire de la sucursal Chiasso, del Credit Suisse, sigue ocupando la atención de la prensa y la sociedad suiza. Cuando hace algo más de un mes, el directorio renovado del Credit Suisse anunció asamblea general de accionistas para el jueves 23 de junio, se creyó, y con razón, que ese sería el «día de las verdades».Más de 3.000 accionistas del tercer banco en importancia de este país acudieron a Zurich para estar presentes en lo que 48 horas después un diario helvético de habla francesa calificó en inglés de big show (el gran show, el gran espectáculo), la asamblea general fue «la más numerosa y sin duda la más larga de la historia económica de nuestro país».

«Se trataba -dice la misma publicación- de dar toda la luz al escándalo financiero más grande ya conocido en Suiza.» «Se trataba también -agrega- de tranquilizar a los accionistas.» Y concluye que tanto el primer objetivo como el segundo «no es seguro que se hayan conseguido».

De por sí, resultaba difícil dejar satisfechos a más de 3.000 accionistas inocentemente ligados a una malversación que asciende a 3.000 millones de francos, lo que no significa que las pérdidas sean equivalentes a esa suma.

A casi dos meses y medio de que conociera la malversación todo está «por verse».

El «hoyo» del Credit Suisse depende, en gran parte, directamente, de los activos de la financiera inmobiliaria Texon, adonde fueron a parar ilegalmente los dineros depositados en la sucursal Chiasso, aunque también fueron invertidas algunas sumas en inmobiliarias y empresas, de diversa naturaleza. Los activos de la Texon se estiman en mil millones de francos.

Los asistentes a la «histórica asamblea» del Credit Suisse pudieron escuchar en todo caso que salvo elementos imprevisibles, el dividendo sería mantenido en su nivel actual, además de que se tomarían todas las medidas concebibles para evitar que en el futuro se repitiera el caso de Chiasso.

Por otra parte, la fantasmagórica financiera Texon, instalada en el principado de Liechtenstein, fuera de las fronteras de Suiza, para librar de toda sospecha las operaciones fraudulentas de la sucursal de Chiasso, ha comprometido indirectamente el prestigio del mundo financiero de dicho principado. Es así que el Gobierno de Liechtenstein y los bancos del principado, en un intento por sacudirse del polvo que pudiera caerle, firmaron un convenio el lunes -según informa la agencia suiza de noticias- en el que se habla sobre «los deberes de diligencia de los bancos», y que tiende a impedir transferencias ilegales a través de las cuentas secretas.

En todo caso, y aunque esta convención surge a la luz del escándalo del Credit Suisse y la Texon, las autoridades de Liechtenstein advierten que no guardan ninguna relación, pues se trata de un affaire suizo, y Suiza es quien debe responder».

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