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El asesinato de Javier Ybarra

Duelo popular en el funeral

El cuerpo sin vida de Javier de Ybarra, que había sido trasladado al domicilio familiar, procedente del hospital de Basurto, pasadas las tres de la madrugada, fue llevado a las seis de la tarde de ayer a la iglesia de San Ignacio, de Guecho, en donde se celebró el funeral de corpore insepulto.A ambos lados del altar había autoridades religiosas y civiles, entre las que se encontraban el presidente del Consejo de Estado, Antonio María de Oriol y Urquijo; el ex ministro del Aire, teniente general Lacalle; el director general de la Guardia Civil, Ibáñez Freire, y el gobernador de Vizcaya.

El funeral fue oficiado por diez sacerdotes. En la homilía se señaló que «la muerte de Javier de Ybarra llega en un momento en que la voluntad de olvidar antiguos enfrentamientos se había convertido en una profunda aspiración de todos.» Tras considerar la muerte de Ybarra como una muestra de violencia inaceptable de acuerdo con los más elementales principios de la dignidad humana y nacional, el celebrante hizo alusión a la última carta de Javier de Ybarra -reproducida en esta misma página-, en la que el secuestrado pedía perdón por las faltas que hubiera podido cometer, ofreciendo su vida por la conversión de los pecadores.

A la salida del templo, mientras el féretro era introducido en el furgón mortuorio, se produjeron los primeros intentos de politizar el funeral, a cargo de un grupo que comenzó a vitorear a la policía, que gritaba «muera ETA», tratando al mismo tiempo de entonar el Cara al Sol. Una gran mayoría de los asistentes al funeral censuró a este grupo, tratando de acallar sus voces. Incluso un familiar del fallecido se dirigió en voz alta a los manifestantes: «¡No queremos política en este acto!»

Al dirigirse la comitiva fúnebre por la carretera. de Bilbao hasta el cementerio de Derio -todo el trayecto con «plantón de Guardia Civil cada cien metros-, un grupo de unas doscientas personas, que portaban banderas nacionales, entonaron, brazo extendido, el Cara al Sol. Nuevamente, una gran mayoría de los allí reunidos -de tres a cuatro mil personas- censuraron su actitud. Algunos de los integrantes de este grupo portaban brazaletes y pegatinas con la bandera de España.

Luto con bandera nacional

Desde primeras horas de la mañana de ayer, en alguna zona de Bilbao, y fundamentalmente en las localidades de Las Arenas y Algorta, que forman el municipio de Guecho -en donde vivía la familia Ybarra-, podía verse en los balcones abundancia de banderas de España con crespones negros. Paralelamente, en algunas calles de estas zonas eran visibles pintadas de «Viva España», «Viva la Guardia Civil», «Muera ETA».

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